UNIDAD 8. VERBALIZANDO LA EDAD MEDIA.


santamariadelnaraco.jpg
Santa María del Naranco (Oviedo).
Aquí os podéis descargar esta unidad en PDF: UNIDAD 8: VERBALIZANDO LA EDAD MEDIA (C. SOCIALES).

CONTENIDOS:

1.    El final del mundo romano.

El Imperio Romano alcanzó su mayor extensión al comienzo del siglo II d. C y duró 2.000 años. Estaba dividido en provincias, directamente sometidas al control del Emperador y del Senado.

A pesar de que en esta época alcanzó su máximo esplendor, existían algunos problemas graves que se fueron ahondando a partir del siglo III d. C.  Éstos fueron: 

1.- Enemigos externos: Aparecen pueblos que amenazan las fronteras romanas, especialmente los persas en la zona de Mesopotamia y los germanos en el Rin.

2.- Excesivo poder de los soldados: El peligro inminente de los pueblos germanos en la frontera noreste obligó a Roma a mantener en armas un ejército de medio millón de legionarios quienes comenzaron a usar la fuerza para nombrar a los emperadores que les prometían favorecerlos. Esto provocó una gran inestabilidad política.


3.- Gran crisis social: Esta crisis se manifestó principalmente en las provincias más atrasadas del Imperio, cuyos habitantes le exigieron al gobierno la totalidad de los derechos políticos y sociales.


4.- Ruptura del equilibrio económico: El sector de Oriente del Imperio se enriqueció más que el  sector Occidental, lo cual provocó problemas dentro del Imperio. 

Rómulo Augustulo, último emperador de Occidente. Tremisis de oro.
5.- Gran crisis económica: Se elevaron los impuestos y contribuciones. Se ensayó la planificación central y rigurosa de la producción pero sólo provocó el estancamiento generalizado. Aparecen la inflación y el desempleo, el desabastecimiento, el mercado negro y la especulación.


6.- Gran concentración urbana y éxodo rural: Los habitantes del Imperio dejan las zonas rurales y se dirigen hacia las ciudades. 

El punto de ruptura definitivo se produjo cuando Teodosio, emperador de origen español, legó el Imperio Romano, al morir, a sus dos hijos en el año 395. A Honorio le correspondió el Imperio de Occidente, cuya capital era Roma, y a su segundo hijo, Arcadio, el Imperio de Oriente, cuya capital era Constantinopla, siguiendo destinos muy diferentes. 

Recreación de lucha entre romanos y gemanos.


En el año 476,  el Imperio Romano de Occidente sucumbía bajo la presión de los germanos, mientras que el Imperio Romano de Oriente sobrevivió hasta el año 1453, año en que cayó en poder de los turcos.  Estas dos fechas son las que la historiografía tradicional ha considerado que marcan el inicio y fin de la Edad Media de la civilización occidental.


1.1.    El Imperio bizantino.



El Imperio Romano de Oriente también es conocido como Imperio Bizantino.  Se originó en el año 395  cuando el emperador Teodosio dividió el Imperio Romano en dos: Oriente y Occidente.


El Imperio Romano de Occidente, que fue destruido por los germanos (bárbaros) en el año 476, pero el Imperio Bizantino logró sobrevivir a la amenaza germánica, llegando a durar casi diez siglos.


Los bizantinos, que eran en realidad una pluralidad de pueblos, lograron fusionar la cultura griega y romana, los elementos religiosos de cristianos y paganos y las costumbres occidentales y orientales. De esta manera conservaron los aportes culturales de la antigüedad y los re-elaboraron bajo nuevas formas. Ocuparon buena parte de la península de los Balcanes, Egipto y parte del norte de África, Asia Menor, Palestina y Siria.


Durante muchos siglos el Imperio Bizantino fue la civilización clave para evitar la expansión del islam en Europa.


Aunque hablaban griego, los bizantinos se llamaban así mismos romanos, pues se consideraban los genuinos herederos de este antiguo imperio. Por eso a Constantinopla, su capital, se le conocía también como la nueva Roma. 
Justiniano el Grande. Mosiacode la basílica de San Vital (Rávena).

Entre los siglos VI y VII, Bizancio vivió su máximo esplendor, con los emperadores Justiniano y Heraclio. Ampliaron en Imperio hacia occidente y llegaron a recuperar el sur de las penínsulas Ibérica e Itálica y norte de África occidental. Justiniano, además, recogió en un código el derecho romano, que siglos más tarde ha sido la base del derecho moderno de muchos países. También hizo que se construyeran grandes obras públicas: caminos, acueductos y grandiosos edificios, como la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla o San Marcos en Venecia.

Iglesia de Santa Sofía. Constantinopla - Estambul (Turquía).

El Imperio Bizantino estaba gobernado una monarquía teocrática en la que el emperador o basileus era considerado el delegado de Dios en la Tierra y por lo tanto un personaje sagrado. Por eso fue el jefe de la Iglesia y como tal podía nombrar a los patriarcas. Al emperador se lo representó como a los santos con la cabeza rodeada por un halo de luz.


Con un poder absoluto, el emperador fue también el jefe supremo de la administración y del ejercito bizantino. Para su acción de gobierno contaba con tres instrumentos.
  • La burocracia civil, conformada por funcionarios que eran verdaderos profesionales de la administración pública.
  • El ejército, muy numeroso, integrado por soldados de las más diversas nacionalidades. En las zonas de frontera la defensa se completó con los estratiotas, que eran soldados campesinos a quienes se les pagaba mediante la entrega de tierras.
  • La iglesia bizantina que a diferencia de lo que ocurría en Occidente, se encontraba subordinada al emperador. Esta característica se le conoce como césaro-papismo.


El Imperio bizantino estaba dividido en provincias o Themas y gobernadas por los estrategas nombrados por el emperador.


Bizancio fue uno de los centros económicos más importantes del mundo medieval. La economía bizantina fue mayoritariamente de base agraria.


Las grandes propiedades agrícolas estaban en manos de la Iglesia y de la aristocracia, pero también había pequeños propietarios que con el paso de los siglos, desaparecieron, incorporándose los grandes dominios como colonos.


Este imperio desarrolló un importante actividad artesanal y de comercio internacional. Gracias a esta última, en los mercados de Constantinopla y de otras ciudades del imperio se podían hallar productos de zonas tan diversas como por ejemplo, China, Persia o de la península Ibérica. Los artesanos bizantinos fabricaban a su vez numerosas piezas de gran calidad que se vendían al extranjero.


Por ello, la moneda bizantina, el sólido o besante, fue aceptada en todos los mercados de la Edad Media hasta el siglo XI y considerada como una moneda internacional. 
 
Sólido de oro bizantino.
La sociedad bizantina estaba profundamente jerarquizada: en lo más alto se situaba la nobleza y el clero y en la base, los campesinos y los comerciantes. También estaba influenciada y condicionada por la religión, de manera que lasas distintas corrientes e interpretaciones religiosas del cristianismo generaban tensiones y conflictos, que a su vez se transformaban en  problemas  de índole política y poder.


Esto ocurrió por ejemplo con el monofisismo, una corriente religiosa que sostenía que Jesús de Nazaret sólo tenía una naturaleza: la divina. Frente a ellos, la posición cristiana que invocaba la doble naturaleza de Jesús: humana y divina.


El monofisismo fue popular en Siria y Egipto, por eso, estas regiones trataron constantemente de separarse del imperio. Esto último facilitó su conquista por parte de los árabes y posterior expansión.
Mosaico en el interior de Santa Sofía. Estambul (Turquía)

En el siglo VIII se originó otro conflicto promovido por los iconoclastas. Éstos sostenían que las imágenes religiosas o iconos llevaban a prácticas supersticiosas, porque se adoraba en ellas a la imagen representada y no a la divinidad verdadera. Además, los iconoclastas buscaban disminuir el poder económico y social de la cada vez más poderosa Iglesia.


A diferencia del monofisismo, los iconoclastas fueron protegidos por algunos emperadores bizantino. Este hecho provocó un distanciamiento entre estos monarcas y el Papa romano, que se oponía a esta corriente religiosa.


Este proceso culminó con el cisma de Oriente entre la cristiandad occidental y oriental, en 1054. En tanto que la primera aceptó como jefe espiritual al Papa de Roma, el Oriente reconoció como jefe supremo al patriarca de Constantinopla. La Iglesia de Oriente se llamó a partir de entonces griego-ortodoxa. 

Murallas de Constantinopla - Estambul (Turquía)
A partir del siglo XI, Bizancio entró en crisis, Las regiones más ricas fueron ocupadas por los árabes, lo que provocó un fuerte declive económico, agravado por la limitación del comercio y la disminución del rendimiento agrícola. El campesinado comenzó a trasladarse a los grandes núcleos urbanos buscando protección. Cada vez había menos dinero para pagar a los ejércitos que defendían el Imperio. Los árabes y turcos, enemigos tradicionales de los bizantinos, fueron ocupando progresivamente buena parte de sus territorios, hasta que en el año 1453, Constantinopla, cayó en manos del sultán otomano Mehmet II, desapareciendo para siempre los últimos vestigios del Imperio Romano.



1.2.    El Imperio carolingio.
 
Carlos I el Grande o Carlomagno



A partir del año 476, el Imperio romano de Occidente fue invadido por los pueblos bárbaros del este de Europa. Los emperadores romanos al no contar con suficientes legiones para defender las fronteras y sus territorios, se verán obligados a pactar con algunas tribus para que estos luchen con ellos y les defiendan, a cambio les entregaran algunas zonas del Imperio para que se establezcan. De esta manera, los ostrogodos y lombardos se asentaron en la península itálica, los francos, burgundios y visigodos en la Galia, los suevos, visigodos y alanos en Hispania, los anglos, sajones y jutos en Britania, los vándalos en el norte de África y los turgundiosalamanes en torno al río Rhin.

Recreación de batalla entre legionarios romanos y pueblos germanos.
Los francos, un pueblo procedente de la zona del Rhin, se estableceran en la Galia formando un reino, que será el germen del Imperio carolingio. 

Carlos Martel
Los francos consolidaron el reino más estable de todos pueblos bárbaros. Clodoveo unificó y creó el reino de los Francos, derrotando y expulsando de la Galia a los visigodos, ostrogodos y burgundios, y, convirtiéndose en el rey más destacado de la dinastía merovingia. La dinastía acabó por debilitarse por las continuas disputas entre los herederos y la adquisición de más poder de los maior domus  o “mayordomos de palacio” (nobles de palacio), el más destacado de éstos fue Carlos Martel, quien frenó el avance de los musulmanes por Europa en la batalla de Poitiers en el año 732. Su hijo Pipino “el Breve” se proclamará rey de los francos, iniciando la dinastía carolingia, cuyo principal representante es su hijo, Carlos I “el Grande” o Carlomagno.

Carlos I ·el Grande" o Carlomagno
Carlomagno heredó la corona en el año 768 e inició una serie de conquistas territoriales importantes, de esta manera consiguió crear un gran imperio que se extendía por la actual Francia, este de Alemania, norte de España, norte de Italia y las actuales Suiza y Austria.


Carlomagno fue proclamado como Imperator Romanorum gubernans Imperium (emperador gobernante del Imperio romano), de manos del papa León III. Reforzará la seguridad de sus territorios, los dividió en marcas (tierras fronterizas gobernadas por un marqués) o condados (gobernados por un conde) y otorgó mucho poder a los nobles. Se nombró defensor de la cristiandad y durante su reinado impulso la cultura, con grandes pensadores como Alcuino de York o Rabano Mauro.

Alcuino de York y Rabano Mauro

Con la muerte de Carlomango comienza la decadencia de su imperio. Su hijo Luis apenas pudo mantenerlo y sus nietos se lo repartieron el Tratado de Verdún en el año 843, dividiéndolo en tres reinos: Francia, Lotaringia y Germania.


2.    El feudalismo.

Conocemos por feudalismo al sistema político, económico y social que se desarrolló en Europa Occidental desde los siglos IX-X hasta el XIV.

2.1.    ¿Por qué surge el feudalismo?

En el siglo IX, con la decadencia del Imperio carolingio, se va a producir en Europa occidental un periodo de inestabilidad e inseguridad provocada por ataques e invasiones de diversos pueblos: musulmanes, vikingos, normandos, hunos o los propios vecinos. Los reyes, incapaces de defender el territorio, realizaran entregas y donaciones de tierras (feudos) a los señores feudales (nobles o eclesiásticos), para que las gobernasen y defenderlas en su nombre. La cesión de tierras llevaba consigo un pacto de vasallaje o fidelidad: el señor feudal le juraba al rey obediencia, respeto consejo y ayuda en sus empresas militares. En la práctica el señor feudal era soberano de su feudo, ya que sobre él tenía la potestad de elaborar leyes, recaudar impuestos e impartir justicia.

Recreación de barco vikingo
La población, en su mayoría campesinos libres, vivía atemorizada por las guerras, los saqueos y las invasiones. De esta manera, muchos de ellos entregaban a los señores feudales a cambio de protección y del derecho a seguir viviendo en ellas, pasando a ser siervos, ellos y sus familias, de por vida, no pudiendo abandonar nunca el feudo. Esta servidumbre se hizo hereditaria.

2.2.    ¿Cuándo surge el feudalismo? 

Ordenes o estamentos privilegiados del feudalismo: nobleza y clero.

El origen del feudalismo se debe ver en la estructura y organización del Imperio carolingio. Carlomagno cederá amplios poderes a los nobles de su corte, a cambio de su ayuda en sus campañas militares y el compromiso de defender sus territorios, ducados, condados y marcas. La crisis del Imperio a su muerte, hizo que los herederos de Carlomagno no tuvieran más remedio que continuar con el sistema iniciado por el emperador, de manera que esto acabará por debilitar aún más si cabe la monarquía, de manera que los reyes serán incapaces de reclutar tropas, recaudar impuestos o ejercer la justicia en todo el territorio sobre el que reinaban.

2.3.    ¿Qué es el feudo? 

Juramento de fidelidad de los vasallos a Jaime I "el Conquistador". Miniatura, Llibre Verd.

El feudo eran un conjunto de tierras (de labor, bosques, fincas, villas y parroquias) que el monarca entregaba a un señor feudal (laico o eclesiástico), a cambio de su vasallaje. Este contrato de vasallaje se establecía mediante la ceremonia del homenaje, en el que el vasallo, de rodillas  ante el rey, le juraba fidelidad y le prometía consejo, ayuda militar y económica. A cambio, el rey, le entregaba el feudo en la ceremonia de la investidura, pare que lo gobernase y viviera de él. En el feudo vivían los campesinos que lo trabajaban, pasando a ser siervos del señor feudal. 

Campesinos trabajando en un feudo.
El feudo solía estar dividido en dos partes: la reserva señorial o parte del feudo que controlaba directamente el señor y en que los siervos trabajaban obligatoriamente para él. Normalmente esta parte estaba compuesta por las mejores tierras, zonas de caza, praderías y bosques. Y de otra parte, los mansos o tierras con casa que el señor feudal entregaba a los siervos para que las trabajasen a cambio de una renta establecida, que solía ser en especie (parte de la cosecha) o trabajos personales en las tierras del señor.

Agosto. Ciclo dei mesi. Maestro Wenceslao, c. 1400. Castello del Buonconsiglio, Trento.

La residencia del señor feudal era el centro de la vida del feudo, generalmente un castillo o lugar fortificado que debía ofrecer refugio para él y los habitantes del feudo (campesinos, artesanos y siervos) en caso de ataques o invasiones. Si el señor era un eclesiástico, el centro del feudo era una abadía o monasterio.

Alcázar de Segovia
 Muchos castillos, en su origen, eran unas simples torres rodeadas de un muro o empalizada, que primero se levantaron en madera y después se ampliaron y edificaron en piedra.

Los señores feudales eran la máxima autoridad en su feudo y recibía las siguientes rentas: 
  • Parte de la cosecha pactada con los campesinos. 
  • Primicias o determinados cultivos especiales o animales. 
  • Trabajo obligatorio de los campesinos en la reserva señorial.
  • Impuestos por el uso de ciertas propiedades del señor del feudo: el molino, la herrería, el horno, los puentes, los bosques, comerciar en un determinado lugar o día, los prados, etc.

Los feudos eran hereditarios.

2.4.    La sociedad feudal. 

La sociedad feudal estaba organizada en tres órdenes o estamentos: la nobleza, el clero y el tercer estado (campesinos, artesanos, soldados, comerciantes, etc.) y se caracterizaba por la desigualdad entre los grupos. Se pertenecía a un estamento por nacimiento y para toda la vida, ya que tenían una obligación o encomienda en la vida: los nobles defender (bellatores), los eclesiásticos rezar (oratores) y los miembros del tercer estado, trabajar (laboratores).

Los dos primeros estamentos (nobles y clero) eran el sector minoritario de la población, pero gozaban de todos los privilegios: poseían la mayor parte de las tierras, ostentaban el poder militar, económico (no pagaban impuestos) y religioso. El tercer estado formaban la  inmensa mayoría de la población, no tenían privilegios y si muchas obligaciones y limitaciones a lo largo de su vida: pagar tributos, no podían cambiar de residencia libremente, no podían casarse con personas de otra clase social más alta o sin permiso del señor, no podían dejar herencia sin permiso del señor feudal, etc.


3.    Monarquía y nobleza.

El rey Alfonso X "el Sabio" en una miniatura medival.


En lo más alto de la sociedad medieval se situaba el rey. La Iglesia cristiana había establecido que los monarcas eran representantes de Dios en la Tierra, con la misión de gobernar y mantener unido a su pueblo. El rey era conocido como el “primus inter pares” o el primero entre iguales. Sus iguales eran sus vasallos, es decir, la gran nobleza (condes, duques y marqueses) y las principales autoridades religiosas (obispos y abades), con los que el monarca compartía el gobierno del reino, ya que en práctica el rey era un señor feudal como los demás.

Los territorios de un reino eran muy inestables. Estaban formados por todas las posesiones que tenía bajo su autoridad, pero si un noble se hacía vasallo de otro rey o, si el rey al morir, entregaba una parte de su herencia a una hija o hijo que se emparentaba con otro monarca, esas tierras pasaban a manos del otro rey y formaban parte de su reino.


El rey tenía pocas atribuciones exclusivas y las más importantes eran: dirigir las campañas militares, pedir impuestos y ejercer de juez supremo.  

Recreación de un rey medival.
Los reyes contaban para gobernar con ayuda de la curia o consejo real, formada por un grupo de nobles y eclesiásticos (condes, duques, marqueses, obispos y abades) que le aconsejaban a la hora de tomar decisiones.

Los reyes medievales no solían tener residencia fija, vivían en los diferentes castillos que poseían y se trasladaban de uno a otro para controlar sus posesiones. Es sus desplazamientos le acompañaba todo un séquito de personas, que formaban la corte: familia, guerreros, amigos, consejeros, servidumbre, etc. 

La principal función del rey y el resto de la nobleza era ser guerreros, es decir se dedican al oficio de las armas. Poseer el equipamiento para guerrear (armadura, armas y caballo con su guarniciones y protecciones) era muy costoso, de manera que sólo los señores feudales podían permitírselo y ejercer ese oficio.

Los hijos de las familias nobles eran educados y entrenados como guerreros, Primero servían como pajes, y después, como escuderos de otros caballeros. A los 18 años se les armaba caballeros en una ceremonia en la recibían sus armas: espada, escudo, espuelas y cota de mallas. A partir de ese momento, formaban parte de la orden de caballería y debían ser valientes, leales a su señor y defenderá a las mujeres y a los más débiles.

Recreación de un rey armando a un caballero medieval.
La nobleza ejercía la guerra para defender su territorio o enfrentarse a otros nobles, o porque tenían que ayudar al rey o a otro señor al que le debían vasallaje. La guerra proporcionaba, si se ganaba, tierras y riquezas que acrecentaban el poder de la nobleza.

Su función social permitía a la nobleza vivir como clase privilegiada. No tenían que trabajar, no pagaban impuestos y eran los únicos que podían portar armas y ejercer con ellas el control sobre el esto de la población.

La residencia del rey y los nobles eran los castillos, construcciones fortificadas y lugar de refugio para los habitantes del feudo. La torre del homenaje era el punto nuclear del castillo y torre principal. Era la teórica residencia del señor y último lugar de defensa en caso de asedio. 


El patio central o de armas era un espacio esencial, ya que a partir de él se articulaba todos los elementos del castillo y organizaba su vida interior. En el patio solían existir numerosas construcciones poco sólidas de madera o adobe como caballerizas, herrería, viviendas para artesanos, sirvientes o soldados, etc. Por otro lado, en él solía situarse un pozo o, en su caso, un aljibe o cisterna (depósito de agua), con frecuencia subterráneo y abovedado. En ocasiones también la torre del homenaje contaba con su propio aljibe para permitirle autonomía defensiva. El aljibe era esencial para permitir una larga resistencia en caso de asedio. En el patio o en una torre también se habilitaba un espacio como cárcel o mazmorra. Los patios de armas estaban en ocasiones compartimentados por una muralla interior que dificultaba la toma del castillo y su patio y favorecía su caída escalonada y la resistencia en etapas frente al enemigo.

El conjunto se rodeaba y encerraba con muralla y las torres, que se protegían con almenas o merlones y, a veces, entre ellas se situaban parapetos de madera conocidos como manteletes. Torres y murallas sustituían las ventanas por pequeños vanos defensivos estrechos y alargados desde los que lanzar con seguridad proyectiles y conocidos como saeteras o aspilleras. El tramo de muralla entre dos torres se denomina cortina o paño y estaba recorrido por un estrecho pasillo superior llamado adarve o camino de ronda. La muralla, en ocasiones protegida por un talud, podía presentar otra más baja delante para proteger toda o parte de la muralla principal que se conocía como antemuralla o falsabraga. Por otro lado, los castillos y murallas urbanas podían presentar varios recintos defensivos, en ocasiones hasta tres.

Recreación del asalto de un castillo.
Y finalmente, toda la construcción podía estar rodeada por un gran foso (con agua o sin agua). Para sortear el foso se requirió la creación de puentes que, en ocasiones eran de piedra pero frecuentemente eran puentes levadizos de madera. La puerta se reforzaba también con un rastrillo o peine (puerta de hierro en forma de damero) y con un matacán o balcón defensivo. Este elemento era muy frecuente y se usaba para proteger las puertas y otras zonas especialmente vulnerables permitiendo un completo control de la vertical. Los matacanes, que podían ser de madera (cadalsos) o de piedra (matacanes o ladroneras), a veces eran corridos y se disponían a lo largo de un amplio tramo de muralla. Otro elemento de control de la vertical muy empleado eran las bueras o buhoneras, grandes huecos hechos sobre la puerta para dificultar el acceso enemigo.

De influencia musulmana y bizantina eran las puertas en recodo, frecuentes en la Península Ibérica. Fortificaban la puerta principal y desorientaban al enemigo con su forma esquinada a modo de codo. En otras ocasiones, sobre todo hacia el siglo XIV y en el norte y centro de Europa, se protegía la puerta principal con una especie de pequeña fortaleza adelantada que conocemos como barbacana o revellín. 

Habitación del rey Felipe II en el Escorial. Madrid.
En los castillos los lujos y comodidades eran escasos: algunos tapices para cubrir las paredes o gruesas alfombras para los suelos (ayudaban a proteger del frío) y muy poco mobiliario. Las chimeneas eran el sistema de calefacción y las antorchas y velas iluminaban las estancias. En una misma habitación solían dormir varias personas: en las camas con doseles y cortinas la familia del señor feudal y a sus pies, sirvientes y animales.

Recreación de un torneo medieval.
Los nobles recibían en el castillo a sus vasallos, impartía justicia y recaudaba los impuestos que debían entregar sus siervos. Algunas veces, esta rutina se rompía con la celebración de banquetes, cacerías, torneos y justas.

Mujeres de clase noble en la Edad Media.
Las mujeres nobles organizaban las tareas domésticas, cuidaban de los hijos y se entretenían con la lectura, la música y el bordado.


4.    La Iglesia medieval: clérigos y monjes.



Al igual que la nobleza, el clero era el orden o estamento privilegiado: sus integrantes recibían rentas, estaban protegidos por leyes especiales y no pagaban impuestos.

Entre los eclesiásticos existían grandes diferencias. De un lado, el alto clero o altos cargos (cardenales, obispos, abades y abadesas) vivían y disfrutaban de los mismos privilegios que los señores feudales. Disponían de grandes extensiones de tierra (latifundios) trabajados por campesinos y siervos, a cambio de rentas (en especie o monetarias). Y de otro, el bajo clero, formado por sacerdotes, monjas y monjes que llevaban una vida muy similar a los campesinos.

Coronación de Carlomagno por el papa.
La mayor parte de la Europa occidental, hacia el año 1000, eran cristianos. Desde su sede en Roma, el papa ejercía una gran influencia sobre reyes, nobles y resto de población. Toda la vida social y privada estaba marcada por la intervención de la Iglesia, que se encargaba de la enseñanza, la asistencia a pobres y enfermos y de las ceremonias religiosas (nacimiento, matrimonio y funerales).

Todos estaban obligados sentirse como pertenecientes a una misma comunidad, la Cristiandad. La Iglesia mantenía la unidad de los cristianos y se encargaba de fijar e imponer las obligaciones religiosas: donación de bienes a la Iglesia al morir, llevar una vida virtuosa y prescribir la caridad. Seguir estas normas garantizaba el perdón de los pecados o faltas, alcanzar la vida eterna y evitar la condena al infierno. En caso contrario, el creyente, podía ser expulsado de la comunidad mediante el rito de la excomunión.

El poder de la Iglesia en la Edad Media era inmenso.
La Iglesia era una institución muy rica. Poseía como los nobles, inmensos feudos y cobraba a los cristianos el diezmo, un impuesto para mantener el clero. La Iglesia se organizó mediante la vertebración del territorio en distintos tipos de entidades: las parroquias eran la entidad menor y a su cargo estaba el cura o párroco, y,  las diócesis o conjunto de parroquias y a cuyo frente se situaba el obispo.

El clero se dividía en: clero secular (sacerdotes, párrocos y obispos) y clero regular (monjes y monjas bajo la autoridad de un abab o abadesa y sometidos a una regla).
Urbano II, pintado por Zurbarán.

Los lugares donde había vivido Jesús de Nazaret, especialmente Jerusalén, se consideraba Tierra Santa y por tanto, se convirtió en lugar de peregrinación para los cristianos. A partir del siglo XI, Jerusalén fue ocupada por los turcos, un pueblo muy belicoso e islamizado, que empezó a impedir el acceso a la ciudad y a perseguir a los peregrinos. Ante esta situación, el papa Urbano II en el año 1095, solicito a los monarcas y nobles europeos a emprender una serie de campañas militares para ocupar Tierra Santa, prometiendo la salvación eterna a todos los que en ellas participara. Estas expediciones militares se conocen con el nombre de Cruzadas y se desarrollaron a lo largo de los siglos XII y XIII.
Recreación del ejercito cristiano durante las Cruzadas.

El clero eran, en la práctica, los únicos con una cierta formación cultural. La Iglesia era la que se encargaba de la enseñanza y la cultura medieval se centralizó en los monasterios.




Los monasterios eran un conjunto de edificios, dependencias y tierras que formaban un feudo muy similar al de la nobleza. En ellos se agrupaba una comunidad de personas que dedicaban su vida a la oración y al trabajo, en un ambiente de aislamiento y meditación.

Al igual que cualquier feudo, disponían de campesinos y siervos para trabajar.

Los monasterios eran las sedes de las órdenes religiosas. En este periodo se fundaron las más importantes e influyentes: benedictinos, dominicos, franciscanos, etc. Sus miembros se comprometían a seguir un regla de comportamiento de por vida, que solía consistir, por lo general, en hacer voto de pobreza, castidad y vivir  dedicados a la oración y al trabajo (ora et labora). Vestían un hábito que les identificaba según su orden y rango.

El centro del monasterio era la iglesia, donde iban a rezar varias veces al día, ya que esta era su actividad principal. El resto de las horas se dedicaban a la lectura y estudio, a copiar textos en el scriptorium, cultivar el huerto, cuidar enfermos, recaudar rentas, repartir limosna entre los más pobres, etc.

Recreación de un scriptorium de un monasterio medieval.
La Iglesia, además de los monasterios, se vio obligada a establecerse en el campo, con el fin de evangelizar y dirigir la vida de los campesinos. De manera, que muchos pueblos, aldeas y ciudades crecieron alrededor de la iglesia. Las campanas de la iglesia avisaban a la oración, advertían de peligros o convocaban reuniones y asambleas.

Los monasterios e iglesias se convirtieron en los únicos centros de cultura de la Edad Media. En ellos se conservaban los textos literarios de la Antigüedad grecorromana, se copiaban, y se enseñaba a leer y escribir.

5.    El tercer estado: los campesinos. 

Segadores, Julio. Ciclo dei mesi. Maestro Wenceslao. Castello del Buonconsiglio, Trento.
 La inmensa mayoría de la población medieval europea era campesina. Sus condiciones de vida eran muy duras: vivían de lo que producían y pagar las rentas al señor feudal. Prácticamente no obtenían excedentes y si los obtenían, los destinaban al intercambio comercial (compra de sal o de herramientas y utensilios metálicos). Los campesinos nacían y morían con esa condición, se construían sus casas, tejían sus ropas, fabricaban sus enseres, etc.

Recreación de una familia campesina medieval.
  Dentro del campesinado se distinguían dos categorías: 
  •  Campesinos libres (villanos o alodiales). No estaban sujetos al mandato de un señor feudal, podían ser propietarios de su tierra (poco frecuente) y disponer libremente se sí mimos: casarse, abandonar el feudo, dedicarse a un oficio, etc. Eran una minoría y solían vivir en aldeas o villas. 
  •  Siervos. Pertenecían a un señor feudal, estaban ligados a las tierras del señor cuya tierra tenían que trabajar. No eran libres para abandonar el feudo, ni casarse con persona que no tuviese la aprobación del señor o tampoco podían dejar la tierra en herencia a sus hijos. Su situación era de semiesclavitud. Los campesinos debían entregar al señor feudal y a lo largo del año una serie de tributos, que podían consistir: parte de la cosecha, parte de los animales criados, parte de los frutos recolectados, trabajos obligatorios sin remunerar, tasas por utilizar propiedades del señor, etc.

La tierra se trabajaba con técnicas y herramienta muy rudimentarias, por lo que el rendimiento era escaso y se practicaba la rotación bienal y trienal. Se trabajaba la mitad de las tierras o un tercio y la otra parte se dejaba en descanso (barbecho).



Los campesinos vivían agrupados en pequeños pueblos, aldeas o en casas diseminadas por el territorio. En los pueblos más grandes podían vivir algunos artesanos y comerciantes (tabernero, molinero, herrero, carpintero, tonelero, tejedor, calderero, etc.). 

Casa campesina medieval
Las casas eran sencillas, con una o dos estancias y, a veces, un almacén o establo (los animales convivían en la casa con sus moradores para protegerlos de los ladones y dar calor), El suelo era de tierra y un hogar servía para calentarse, iluminar y cocinar. El mobiliario se reducía a un colchón de paja o hierba, unos bancos para sentarse, una mesa (o escaño) y unos pocos enseres de cocina.


6.    Economía y renacer urbano.


A partir del siglo XI, la economía medieval comenzó una lenta mejoría gracias a algunas circunstancias:

a.- Disminuyeron los conflictos bélicos. Las grandes invasiones, tras la caída del Imperio romano, llegaron a su fin y hubo una reducción en los enfrentamientos entre los distintos señores feudales.


b.- Mejoras en las técnicas agrícolas. Se comienza a utilizar el arado de reja y vertedera (tipo normando) que airea mejor la tierra y es más eficaz. Se comienzan a abonar los campos con estiércol animal y se extiende la rotación trienal, que sólo deja en barbecho un tercio de la tierra (frente a la mitad que dejaba la rotación bienal). Se comienza a cultivar cada vez más leguminosas frente a los cereales, lo que supone un consumo mayor de proteinas por parte de la población.

Miniatuara con representación de arado normando o de reja y vertedera.

c.- Aumento de la población debido a  la mejora en la producción agrícola. Al aumentar los alimentos, la población obtiene una cierta mejoría en la calidad de vida, que trajo consigo menos enfermedades y mortandad y más mano de obra. La población europea pasó de 45 millones en el siglo XII a 75 millones en el siglo XIV.


d.- Desarrollo de las artesanías, manufacturas y otro tipo de oficios. Al haber más población hay una mayor demanda, de manera que surgirán talleres, artesanos y oficios especializados. Los artesanos se organizaran en gremios para defenderse, ayudarse entre sí, controlar los precios y la calidad de los productos.


e.- Crecimiento de las ciudades. Se fundaron ciudades aprovechando el emplazamiento de castillos y monasterios, los cruces de caminos, la cercanía de ríos o de rutas comerciales más transitadas. Muchos campesinos emigraron a las ciudades esperando dejar de ser siervos y convertirse en personas libres, o en busca de un trabajo con mejores expectativas. A pesar de que cada ciudad medieval tenía sus características propias, la mayoría compartía ciertos elementos. Las ciudades más prósperas eran amuralladas, lo que garantizaba mayor seguridad. Las casas se agrupaban unas contra otras y generalmente eran más de un piso, para poder destinar la planta baja a un taller o una tienda; sus calles se ordenaban de forma irregular y eran estrechas e insalubres.



f.- Renacimiento del comercio. El incremento del consumo, los periodos cada vez más largos sin conflictos bélicos y una mayor seguridad, el aumento de la población y el florecimiento de las manufacturas hicieron que se incrementara la actividad comercial. Se abrirán nuevas rutas comerciales por el Mediterráneo y el Bálticos, dónde surgirán dos grandes asociaciones de comerciantes, la liga de comerciantes de las ciudades italianas y la Liga Hanseática. Gracias a este incremento de la actividad comercial, se crearán nuevos instrumentos financieros, como el crédito y las letras de cambio, que significaron el nacimiento de la banca.

Cambista o banquero medieval y esposa.


Así, desde el siglo XI, todos estos factores favorecerán el desarrollo urbano, el crecimiento de las ciudades y de un nuevo grupo social: la burguesía. Aunque perteneciente al grupo no privilegiado (pagan impuestos) consiguieron que se les concedieran ciertos derechos y autonomía en el gobierno de sus ciudades, reflejados en los fueros y privilegios que el rey o el señor del territorio en que se encontraba la ciudad concedían a sus pobladores. También se les permitirá permiso para celebrar ferias y mercados, lo que atraerá un gran número de compradores y vendedores de lugares lejanos y con ellos comenzará a fluir el dinero.


La participación de representantes de las ciudades en la asamblea de nobles y eclesiásticos que asesoraba a los reyes dio origen a las Cortes medievales, que se convertirán con el tiempo en la representación del conjunto de los súbditos ante el monarca.

Las viejas ciudades volverán a revitalizarse y el surgimientos de otras nuevas, llamadas burgos, serán el origen de una nueva clase social: los burgueses.  Europa occidental, poco a poco, comienza a hacerse menos rural y más urbana. 

7.    El final de la Edad Media.

El final de la Edad Media se producirá como consecuencia de una profunda crisis sufrida entre los siglos XIV y XV, que acabará con el sistema político, social y económico feudal y dará comienzo a un  nuevo periodo: la Edad Moderna.

La crisis se producirá en distintos ámbitos:

A.- Crisis demográfica. Se explican en gran medida por las malas condiciones climáticas del siglo XIII (se vivió una pequeña “edad del hielo”), que trajo consigo malas cosechas, peor alimentación, que sumado a la falta de higiene, creó un caldo de cultivo para la propagación de enfermedades como la Peste Negra, que provocó una gran mortandad en la población. Se calcula que el hambre y la peste terminaron con una tercera parte de la población europea.

La Peste Negra asoló Europa mermando su población.El triunfo de la muerte de Pieter Bruegel.
B.- Crisis política y económica. Las guerras entre los señores feudales volvieron a revitalizarse debido a las luchas entre la nobleza feudal y los monarcas, que querían recuperar la autoridad perdida. Esta situación bélica producirá que se arrasen los campos de cultivo, se saqueen los núcleos de población y se cierren las rutas comerciales. El conflicto más importante de esta época fue la Guerra de los Cien Años (1337-1453) entre Francia e Inglaterra. Desde principios del siglo XV se sucederán un buen número de episodios de sequías e inundaciones que producirán malas cosechas. El agotamiento de los campos y el abandono de las tierras cultivadas producirán un descenso notable de la producción de alimentos.


C.- Crisis social. Las protestas y revueltas por la situación se harán cada vez más frecuentes. Los campesinos se rebelarán contra el aumento de los impuestos y el endurecimiento de sus condiciones de vida. Las revueltas campesinas más importantes, llamadas jacqueries, sucedieron en Francia, en 1358: los campesinos asaltaron castillos y palacios señoriales. Otro conflicto importante fue el vivido en el reino de Castilla con la llamada revuelta comunera, en la que manufactureros y artesanos luchaban por eliminar los privilegios de la nobleza ganadera castellana. También hubo conflictos sociales en las ciudades, por la carestía de vida, la falta de alimentos y la acumulación de poder político de unos pocos y poderosos. Las algaradas urbanas eran habituales y a menudo la ira de los más pobres se dirigía contra algunas minorías, como los judíos.