UNIDAD 11. COMUNICANDO, COMUNICANDO, COMUNICANDO…


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CONTENIDOS

COMUNICACIÓN:

1.    Los medios de comunicación. 

El ser humano utiliza la lengua para comunicarse. La palabra escrita o hablada puede almacenarse, reproducirse y llegar por diferentes medios a un gran número de personas. Los medios de comunicación son aquellos que permiten conservar y difundir la palabra en el espacio y en el tiempo.

Por lo tanto, son medios de comunicación la radio, la televisión o la prensa escrita. Pero también son medios de comunicación los más modernos como internet, o las grabaciones digitales (en mp3, mp4, etc.), y los más antiguos como los escritos en pergamino, o los jeroglíficos grabados en piedra.



1.1.        Objetivo de los medios de comunicación.

En sus orígenes, los medios de comunicación de masas fueron concebidos exclusivamente como una herramienta de información.

El desarrollo de las sociedades y en especial los avances tecnológicos, ampliaron las funciones de los medios convirtiéndolos en ejes esenciales de la actual globalizada vida en común de la humanidad.

Expertos en el tema y los mismos profesionales de las comunicaciones han definido los objetivos y las diversas funciones de los medios de comunicación de masas, y con algunos matices comunes las caracterizan así: 


A.- Informar: 

En un sentido amplio, todo lo que aparece en los medios es información.

Por su carácter masivo, todas las personas pueden compartir y conocer, en tiempo real, los hechos que suceden en su entorno y en el mundo fundamentalmente a través de la radio y televisión con sus noticiarios. 

B.- Entretener: 


Entretener o entregar diversión también se ha convertido en una función básica de los medios de comunicación.

Fundamentalmente, la televisión es hoy en día la fuente principal de entretenimiento masivo, pero no es excluyente.

La radio brinda información y música para todos los gustos. Las películas, los libros y las revistas brindan comedia, tragedia, sexo y acción para divertirnos. Hasta los periódicos ofrecen diversión en la forma de artículos de interés humano, pasatiempos, chistes, crucigramas, historietas cómicas, etc.

Hoy, las personas no quieren saber sólo de noticias, que en estos tiempos suelen estar cargadas de malos sucesos y violencia, también desean encontrar un momento de tranquilidad, olvidando las presiones del día.

Frente a las altas exigencias laborales, buscamos un descanso en las secciones de chistes de los diarios, películas y series de la televisión, y la gran variedad de sitios de internet. 

C.- Educar: 


La función educativa de los medios se remonta a la aparición de la imprenta, la cual impulsó la difusión masiva de textos, antes era un privilegio de unos pocos.

La impresión de textos y libros de carácter didáctico y educativo se hizo más fácil  y desde ese momento la cultura se abrió a todos los sectores de la sociedad.

Esta función educativa y de difusión de la cultura en general se mantiene y amplía en nuestros días, apoyada en la tecnología, y en la popularización de la red de redes: internet.

Internet llega a todos los hogares, y los usuarios pueden obtener información de todo tipo, complementar ideas o aportar en la web, subiendo artículos o textos para que otros puedan acceder a ellos, permitiendo una especie de red solidaria social educativa.

Asimismo, dentro de su función educativa los medios masivos de comunicación recogen y transmiten los valores culturales de las distintas generaciones, pues esta es la única forma en que la comunidad se conozca a sí misma, asuma sus raíces, su pasado, sepa de sus orígenes, reconozca su identidad y se proyecte al futuro.  

D.- Persuadir, orientar y formar opinión: 


Esta función es aquella que pretende convencer al receptor sobre un tema o sobre algo específico y utiliza la argumentación como soporte principal y fundamental para este fin.

Los medios se usan para formar la opinión pública, influir en los votantes, cambiar actitudes, moderar la conducta, derrumbar mitos y vender productos.

La función de persuasión es más efectiva cuando se hace sutilmente, ya que a nadie le gusta la manipulación.

Esta es una función que cada medio de comunicación adopta según su línea editorial y que puede considerar posiciones políticas, religiosas, culturales o sociales, las que interpreta según sus intereses y los deseos de la dirección de cada medio. Esto implica que una noticia puede ser enfocada desde diferentes prismas, dependiendo del medio en que se emita la información.

Por esta razón, sobre todo en televisión, se dice que lo emitido no representa (necesariamente) el pensamiento de la entidad comunicativa, aunque sí algo tiene que ver con ella, ya que cada medio adopta sus posturas y modos de ver las cosas y presentarlas a la población. Ejemplos: documentales, reportajes de televisión, columnas de opinión insertadas en un periódico, entre otros.

Esta intención de persuadir para formar opinión se manifiesta también como una obligación de orientar, para que el público no se quede en la simple recepción de las noticias, sino que obtenga gracias al periodismo desarrollado un criterio fundamentado acerca de las diversas actividades sociales. 

Al servicio del sistema. 

En las sociedades capitalistas, los medios están involucrados en el servicio al sistema económico, incluso a la subsistencia de los medios mismos, ya que todos deben obtener ganancias. Lo hacen a través de la información sobre negocios, por medio de la cobertura informativa que dan a las tendencias económicas, de informar sobre el sistema financiero y sobre los productos.


El servicio económico más evidente es la función publicitaria, porque acercan entre sí a vendedores y compradores.
  • Promover.
 La función publicitaria tiene un doble objetivo, el ya mencionado de las utilidades para el medio, pero también para promocionar y difundir productos y servicios necesarios para los individuos y para la sociedad en general. Acá hallamos la propaganda, los avisos comerciales, los infomerciales, los spots y anuncios varios. 
  • Servir a la sociedad 
Esta es una función loable de los medios de comunicación. En las tragedias provocadas por la furia de la naturaleza o de otro tipo, han sido medios de comunicación los encargados de informar sobre las organizaciones que concentran la ayuda colectiva para salvar a todos los damnificados posibles. Aunque pensando en esto, es también una tragedia considerar que sólo en circunstancias extraordinarias y dolorosas el periodismo debe y puede servir a la sociedad, mientras el resto del tiempo, para ciertas empresas de comunicaciones, es más importante obtener el lucro rápido. 
  • Fiscalizar la administración pública 
Este es un compromiso de la prensa independiente. De aquí la importancia de la investigación periodística y la actitud del medio de mantenerse íntegro y firme en la denuncia, sin doblegarse hasta confirmar que se haya hecho justicia. 

Sesgos y trabas en los medios 

Los medios de comunicación masivos han permitido que la gente tenga cercanía con los hechos y con la cultura, derribando fronteras y el tiempo. Sin embargo, uno de sus inconvenientes es que puede sesgar la información; es decir, puede tender a dirigir la opinión del que accede al medio, dependiendo de la orientación que éste (el medio) tenga sobre determinados temas. 

Es así como ciertos temas son tratados abiertamente en algunos, pero en otros simplemente están vetados y no se tratan. A raíz de ello, aparecen dos elementos muy importantes que pueden afectar la veracidad de la información.

La censura: esto se refiere a la prohibición de algunos contenidos, los que no son emitidos por algún medio, pues trastoca la línea editorial o la ideología de la organización.

De esta forma, temas no tratados podrían ser los religiosos, políticos o temas de connotación social controvertidos, donde la entidad tenga una opinión tajante, por lo cual prefiere evitar abordar estos temas, ya que quiere evitar verse envueltos en alguna discusión o planteamiento diferente, que pudiese incomodar a los propietarios de los medio de comunicación. 

En estos casos, la información que se da no es completa, pues una parte de ella se ha censurado o cortado, con el fin de responder a los requerimientos de la institución, en deterioro de la objetividad  e impidiendo a los receptores al conocimiento racional de la información, lo que imposibilita a éstos a tener un juicio acabado respecto a un tema determinado o una opinión con apoyo total.

Manipulación de la Información: consiste en cambiar o intervenir la información que un medio emite, con la finalidad de priorizar una postura ideológica determinada; esto se realiza dando otra interpretación a las informaciones, organizando de modo distinto los hechos, para que el destinatario reciba el contenido de la forma en que la entidad desea que lo haga. 

1.2.        Mass media. 

Los medios de comunicación de masas, también llamados mass media, son aquellos que tienen como misión principal la de informar. Los medios de comunicación de masas principales son:

  • La prensa
  • La radio
  • La televisión
  • Internet

La prensa: 

La prensa es uno de los medios de comunicación de masas más antiguos. Su función principal es la de hacer llegar la información a la sociedad. A la función de informar se une la de formar, es decir, defender una posición y ofrecer argumentos que sostengan esa posición de pensamiento u opinión. Este último punto hace que suela ser posible la identificación de los distintos periódicos de un país con las distintas líneas políticas de su época. Un buen modo de contrastar opiniones es leer la mayor variedad posible de periódicos. 

El lenguaje periodístico: 

El lenguaje periodístico presenta características específicas que vienen dadas por el medio en el que se desarrollan. La prensa diaria se compone y redacta en gran parte de un día para otro. Esto hace que el lenguaje presente ciertos clichés, frases, palabras y estructuras que tienden a repetirse.

Las características principales son: claridad, concisión, objetividad. 

También es destacable el lenguaje innovador, un uso mayor de la voz pasiva, que permite focalizar más la atención sobre lo sucedido que en sus causantes, y un uso notable de extranjerismos.

Los géneros periodísticos: 

En un periódico podemos encontrar estilos de comunicación específicos o géneros. Dentro de estos, se pueden distinguir aquellos más imparciales o descriptivos como:

  • La noticia: Es el género propio del periodismo. Su objetivo es informar de un hecho de la manera más objetiva posible, con la mayor claridad y ofreciendo al lector todos los datos básicos para su comprensión.
  • La crónica: Es el relato de una noticia, según se va produciendo a lo largo de los días. Por ejemplo, el relato de un juicio es más extenso que su noticia.
  • El reportaje: Es un relato notablemente más extenso que la notica. Suele estar bien documentado y se ofrecen datos exhaustivos y especializados sobre el tema. Se suele referir a una noticia que fue de interés, y sobre la que el lector puede tener interés en ampliar su conocimiento de los hechos y situación en la que se produjo.
  • La entrevista:Consiste en la publicación de una serie de preguntas hechas a un personaje de interés, con sus respuestas. Puede ser tanto informativa, con preguntas más objetivas e imparciales, o de opinión. En este segundo caso las preguntas están más orientadas a la defensa de una posición determinada.

Y otros más orientados a formar y defender opiniones políticas como por ejemplo: 

  • El editorial: Se llama editorial al artículo principal de opinión de un periódico. Suele ocupar siempre el mismo lugar destacado, y no es costumbre que aparezca firmado por su autor. Normalmente se refiere a temas de gran actualidad, y muestra la línea de pensamiento del periódico.
  • El artículo de opinión: Como su nombre indica es una columna donde el autor expresa su visión personal sobre un tema de actualidad. Suelen estar escritos por personajes relevantes de las ciencias o las letras y, en este caso, van firmados. 
  • Cartas al director: Es el espacio donde los lectores del periódico expresan sus opiniones. En general suelen seguir la línea de pensamiento del periódico, pero también es frecuente publicar opiniones contrarias, como signo de pluralidad. 

La televisión y la radio: 

La televisión utiliza sus características propias y su gran aceptación popular para ofrecer una gran variedad de contenidos. 

Se puede encontrar un cierto paralelismo entre los géneros de los medios escritos y la televisión. Así pues, si tenemos novelas escritas, tenemos telenovelas. Los periódicos tienen su contrapunto en los informativos diarios. El ensayo en televisión toma forma de documental. La televisión también ofrece todo tipo de programas como películas de cine, magazines, acontecimientos deportivos, etc. 

La radio ha sido superada por otros medios, y hoy día las emisoras están especializadas en segmentos temáticos. Así podemos encontrar emisoras especializadas en música, en noticias, en deporte, etc. Las emisoras generalistas también están especializadas en segmentos horarios que atienden a distintos tipos de oyentes.

La televisión presenta una gran variedad de contenidos, y por lo tanto también una gran variedad de estilos y formas de lenguaje. Es posible encontrar programas con un lenguaje correcto y elegante; y otros con un lenguaje descuidado, lleno de latiguillos y expresiones vulgares.

Por televisión basura se designa a cierto tipo de programas que se caracterizan por su mala calidad de forma y contenido, en los que prima la chabacanería, la vulgaridad, el morbo y, a veces, incluso la obscenidad y el carácter pornográfico.

Las características propias del medio hacen que la imagen y los efectos especiales y visuales reciban en ocasiones mayor atención que el lenguaje. Una de las posibilidades de estos medios es la emisión en diferido o en directo. Las emisiones en directo pueden provocar que el lenguaje sea muchas veces descuidado e incorrecto.

En la radio, por el contrario, el lenguaje suele estar más cuidado. Se suele buscar que los locutores tengan una pronunciación estándar y un timbre de voz agradable. Salvo algunas excepciones, el lenguaje radiofónico puede ser un buen modelo y ejemplo. 

Internet:

Internet es la red mundial de comunicación que permite a cualquier usuario del mundo comunicarse con cualquier otro de manera rápida, barata y efectiva.

Si antes observábamos un paralelismo entre los géneros y formas de prensa, televisión y radio, ahora no solo existe paralelismo, sino que se produce una instancia superior que engloba a todos los géneros y medios anteriores y los supera. En internet podemos escuchar la radio. Podemos ver la televisión. Podemos leer la prensa, tanto en su forma electrónica como la impresa.

Un periódico en internet contiene todas las características de la prensa escrita tradicional a las que incorpora: 

  • La publicación de noticias dinámica, es decir, el periódico va transformándose según se producen las noticias.
  • La posibilidad de recoger la opinión de los lectores de forma continua y especializada por cada noticia.
  • La inclusión de imágenes en movimiento, vídeo, e incluso televisión en directo.
  • La realización de encuestas ilustrativas entre los lectores, con resultado instantáneo. 
En líneas generales internet permite la referencia activa y el contenido dinámico.
Entre los nuevos géneros de comunicación creados y propiciados por internet cabe destacar: 

  • El blog: Libro diario con forma de página web, donde el autor expresa sus vivencias y opiniones.
  • Los foros: Lugares de encuentro donde los participantes intercambian experiencias y conocimientos sobre un tema de interés común.
  • Los chats: Lugares donde es posible hablar en directo, normalmente mediante la palabra escrita, con un número indefinido de participantes.
  • El correo electrónico: Permite el envío de misivas de forma casi instantánea a cualquier lugar del mundo. También permite el envío de imágenes, videos y otros.
  • Los buscadores: Páginas donde los usuarios pueden escoger y elegir lugares donde se ofrece la información que desean. 
Paradójicamente, con internet hemos regresado a la época de la pre-imprenta, en la que los textos variaban y presentaban diferentes versiones según lo afortunado de las copias manuales o la transmisión oral. El carácter dinámico de los textos existentes en internet hace que presenten formas distintas en distintos momentos.

GRAMÁTICA

2.    Clasificación de la oración simple 

En función de la presencia del sujeto: 
  • Personales: tienen sujeto explícito (Manuel compra galletas) o elíptico (Compra galletas [Él]) 
  • Impersonales: carecen de sujeto. En este tipo se pueden distinguir las siguientes construcciones: 
    • Oraciones formados por verbos que indican fenómenos meteorológicos: nevar, llover, tronar, granizar, etc.: Ayer nevó copiosamente en las montañas / Lloverá el jueves, etc. 
    • Los verbos ser y hacer acompañados de palabras referidas al tiempo (cronológico o meteorológico): Hace muchísimo calor / Es muy temprano, etc. 
    • El verbo haber cuando actúa de forma independiente: Hay muchos caramelos / Habrá espacio, etc. 
    • Algunas oraciones se construyen con se. No tienen sujeto porque se refieren a un sujeto indefinido: Se dice que habrá despidos / Se avisó del peligro, etc. 
En función de la naturaleza del predicado
  • Atributivas o copulativas: Se forman con un verbo copulativo (ser, estar, parecer) que une el sujeto y el atributo. Tienen predicado nominal. Ejemplo: Vuestros amigos eran de Gijón {(Vuestros amigos (N) [SN-Sujeto] + [eran (Cópula) + de Gijón (Atributo) SV-Predicado Nominal]
En función de la naturaleza del predicado: 
  • Predicativas: Tienen un verbo predicativo que suele ir acompañado de complementos, formando un predicado verbal. Ejemplo: Mis amigos entregaron el presupuesto {Mis amigos entregaron el presupuesto (Mis amigos [SN-Sujeto] + ((entregaron[N] + el presupuesto [Comp.]) SV-Predicado Verbal).
En las oraciones predicativas se pueden distinguir: 
  • Activas: El sujeto realiza o experimenta la acción verbal y llevan el verbo en voz activa. 
  • Pasivas: El sujeto recibo o padece la acción (sujeto paciente). El verbo se conjuga en voz pasiva. 
Entre las oraciones predicativas activas se pueden diferenciar: 
  • Transitivas: Se construyen con un vero que no tiene significado completo (verbo transitivo) por lo que exige un complemento directo que complete su significado. 
  • Intransitivas: El verbo tiene significado pleno, por lo que no exige complemento directo. Puede llevar otro tipo de complementos no obligatorios.
Entre las oraciones simples, personales, activas y transitivas se pueden distinguir (con verbo pronominal):
  •  Reflexivas: El sujeto realiza la acción y la recibe. La persona gramatical del sujeto coincide con la persona gramatical del pronombre reflexivo. Se reconocen porque podemos añadir a sí mismo. Ejemplo: Él se baña (a sí mismo) = Él [3ª pers. sing. (SN-Sujeto)] se baña (a sí mismo) [3ª pers. sing. (SV-Predicado Verbal)]
    • Directas: El pronombre reflexivo es CD: Él se baña  = Él [(SN-Sujeto)] se baña [CD + Verbo (SV-Predicado Verbal)]
    • Indirectas: Ya existe un CD, por lo que el pronombre reflexivo pasa a ser CI: Ejemplo: Yo me lavo las manos = Yo [SN-Suj] + [ (me [CI] lavo [Verbo] las manos [CD]) SV-PV]
  • Recíprocas: Los miembros de un sujeto plural intercambian la acción verbal. Un miembro realiza una acción que afecta al otro y viceversa. Se usa un pronombre recíproco que representa al sujeto dentro del predicado. Se reconocen porque podemos añadir mutuamente o el uno al otro. Ejemplo: Vosotros os besáis (mutuamente) = Vosotros [(2ª pers. pl.)SN-Suj] os besáis [SV- Predicado Verbal]
    • Directas: El pronombre recíproco es CD. Ejemplo: Vosotros os besáis = Vosotros [(2ª pers. pl.)SN-Suj] os besáis [(CD + Verbo) SV- Predicado Verbal]
    • Indirectas: Ya existe un CD, por lo que el pronombre recíproco pasa a ser CI. Ejemplo: Vosotros os coméis la uñas =Vosotros [SN-Suj] + [os (CI) + coméis (verbo)+ la uñas (CI) SV-PV]
2.2.    Clasificación de las oraciones según la modalidad.

Para finalizar, recordar la clasificación de las oraciones según la actitud del hablante que ya se ha estudiado en otra unidad (3) y que se debe incluir en la clasificación de las oraciones simples para completarla.

a.) Enunciativas: son aquellas que comunican un hecho o pensamiento de manera objetiva. Pueden ser afirmativas (
En el I.E.S Fernández Vallín se imparte formación profesional básica) o negativas (En el I.E.S Fernández Vallín no se imparte el módulo de peluquería y estética).


b.) Interrogativas: son aquellas en las que se formula una pregunta. Pueden ser de dos tipos: interrogativa directa (¿A qué día estamos hoy?) o interrogativa indirecta (Me pregunto que habrá sido de José). Las interrogativas directas adoptan la forma de pregunta, se escriben entre signos de interrogación (¿?) y las interrogativas indirectas tienen forma de negación o afirmación, no van entre signos de interrogación y forman parte de una oración compuesta.
c.) Exclamativas: son aquellas que expresan sentimientos y emociones de forma exclamativa (¡Qué alegria de verte!). Se escriben entre signos de admiración.


d.) Dubitativas: son aquellas que expresan duda (Tal vez tengas razón) .

e). Desiderativas: son aquellas que expresan deseo (Que tengas un buen viaje). 

f) Exhortativas o imperativas: se usan para ordenar, dar un consejo o prohibir algo (No llegues tarde a clase). Pueden enfatizarse usando los signos de admiración (¡No habléis!).

LITERATURA:


3.    Historia de la literatura.
3.1.    El Siglo de Oro (III).

El término Barroco tuvo en su origen un carácter peyorativo, pero finalmente ha sido, en general, adoptado para definir el conjunto de rasgos propios de la cultura de gran parte del siglo XVII.

En el Barroco se produce más bien una continuidad y una evolución de las ideas del Renacimiento que, con el paso del tiempo, acaba por imprimir a la cultura del siglo XVII unos rasgos diferenciadores. 

Rasgos característicos del Barroco: 


  • El desengaño: es la idea barroca por excelencia, frente al idealismo y al optimismo renacentista domina ahora una concepción negativa del mundo, que aparece ahora como caos, desorden y confusión. En el Barroco se produce una desvalorización de lo terreno y se vuelve a insistir en ideas medievales de la brevedad de la vida y la caducidad de las cosas.
  • La idea de la muerte: la vida está ahora presidida por la idea de la muerte: vivir es sólo un breve tránsito entre la cuna y la sepultura, título de una obra de Quevedo. El tiempo lo destruye todo y por, tanto, todo es vanidad.
  • La idea de la vida como sueño, teatro, apariencia: la realidad sólo es ilusión y apariencia: la vida es sueño, el mundo es un gran teatro donde cada uno debe representar un papel.
  • El nuevo modelo de comportamiento humano: el hombre barroco es un ser esencialmente desconfiado. Para sobrevivir en una realidad en la que las cosas no son como parecen, en la que todo está lleno de trampas, en un mundo tan engañoso, en fin, es necesario saber manejarse. El modelo de comportamiento barroco viene sugerido en libros como El discreto o el Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián. En ellos, la prudencia, la discreción, el saber ocultarse, el engaño, en definitiva, son las máximas que deben guiar la conducta de aquel que quiera triunfar o al menos sobrevivir.
  • El pesimismo: el pesimismo barroco puede manifestarse de muy diversas formas: mediante la angustia existencial, mediante la protesta o la sátira, mediante una actitud estoica, mediante la evasión o la diversión. La literatura barroca tiene excelentes ejemplos de estas variadas actitudes.

La estética barroca: 

Literariamente, el Barroco es, en muchos aspectos, la continuación de temas y formas renacentistas. El escritor conserva los hallazgos del Renacimiento, pero, sin despreciar a los autores clásicos, se distancia de ellos, siguiendo su apreciación personal. Así surge un espíritu creador que presenta caracteres propios y definidos: 


  • Busca lo nuevo, lo original, lo sorprendente para excitar la sensibilidad o la inteligencia del lector con violentos estímulos. Utiliza para ellos brillantes imágenes, novedades estilísticas, ideas ingeniosas, o se sirve de lo pintoresco, lo grotesco y lo hiperbólico.
  •  Sustituye las normas clásicas de los modelos grecolatinos por una actitud individualista y caprichosa, tendiendo a la exageración de la realidad literaria.
  • Esa búsqueda de lo original provoca una tendencia a la artificiosidad y complicación. Como resultado, el mensaje se percibe entre exquisitas excelencias formales, creando un arte para minorías. Se considera que cuanta mayor es la dificultad de una obra, mayor es el goce estético que proporciona; es decir, vinculan la belleza a la dificultad.
  • La ausencia de normas genera una visión unilateral de la realidad, que es idealizada hasta la belleza absoluta o deformada hasta el envilecimiento degradante. 
  • Es primordial el cultivo del contraste, fruto del desengaño y la incertidumbre vitales. Se manifiesta en la violenta oposición de elementos extremos, el placer de las antítesis o el enfrentamiento de lo feo frente a lo hermoso, lo refinado frente a lo vulgar, lo cómico frente a lo trágico.
  •  La concepción del mundo como mudanza e incesante cambio produce en el arte literario dinamismo y movilidad. Su realización formal se aprecia, esencialmente, en abundante subordinación, hipérbatos, elipsis o violentos encabalgamientos métricos.

Tendencias literarias: culteranismo y conceptismo:


El culteranismo y el conceptismo son las dos tendencias estilísticas dominantes en la literatura barroca española. No se trata de movimientos opuestos, pese a los duros enfrentamientos personales de sus defensores, sino que forman parte de una sensibilidad estética general que persigue la originalidad y pretende admirar al lector. En ambas tendencias se rompe el equilibrio entre forma y contenido (cómo se dice y qué se dice) defendido por la estética renacentista. 

El conceptismo: 

Se basa en asociaciones ingeniosas de palabras o ideas. Se tiende a un lenguaje conciso, lleno de contenido. Para ello se juega con los significados de las palabras (los conceptos) y con sus relaciones más insospechadas. Los recursos más utilizados son la antítesis, la paradoja, la condensación conceptual, las hipérboles, los equívocos y disemias, la combinación de diversas acepciones de un mismo vocablo, etc. Los escritores conceptistas más notables son Francisco de Quevedo y Baltasar Gracián. 

El culteranismo: 

Si los escritores conceptistas exprimen las posibilidades de la lengua partiendo de los significados de las palabras, el culteranismo considera, ante todo, la belleza formal. Frente a la concentración conceptista, sobresale en los culteranos la ornamentación exuberante. Aunque los temas puedan ser triviales, se utiliza un estilo esplendoroso que desea llamar la atención sobre el lenguaje mismo. Para ello se emplean numerosos recursos: metáforas audaces (así, el pájaro será “flor de pluma” o “ramillete con alas” y el arroyo “culebra que entre flores se desata”), sinécdoques y metonimias, perífrasis, hipérboles, imágenes brillantes, voces sonoras, procedimientos que buscan la musicalidad del verso (aliteraciones, paronomasias, palabras esdrújulas…). La sintaxis se complica con giros procedentes del latín, con violentos hipérbatos, con exagerados encabalgamientos. El vocabulario es original: incorpora numerosos cultismos léxicos de procedencia latina (“émulo, náutico, cándido, cerúleo…”)  y selecciona los términos por su colorido y suntuosidad (oro, rubíes, perlas…) Se crea, así, una peculiar lengua poética, característica de Luis de Góngora y sus continuadores. 

3.2.    El Barroco (siglo XVII): contexto histórico. 

En los decenios finales del siglo XVI, España inició un periodo de crisis económica y decadencia política y militar, que se consumó en el siglo XVII.

Tras el reinado del poderoso Felipe II, el trono español fue ocupado sucesivamente por los llamados Austrias menores: Felipe III, Felipe IV y Carlos II.

A principios del siglo XVII, España estaba arruinada y, a mediados de la centuria, había perdido grandes dominios territoriales y su hegemonía en Europa. Una serie de circunstancias confluyó para llegar a esta situación: 

  • Cesión del poder a los validos: La monarquía de estos años se caracterizó por el autoritarismo y por la cesión del poder a los validos: secretarios de Estado que ejercían gran influencia sobre el monarca y eran responsables de importantes decisiones políticas.
  • Crisis económica. Las guerras de finales del reinado de Felipe II y los constantes conflictos posteriores causaron graves problemas financieros y contribuyeron a la quiebra del Estado, consumido por las deudas con los bancos extranjeros. La presión fiscal, la inflación, las malas cosechas y el estancamiento de la producción acrecentaron la miseria y el desempleo, lo que generó revueltas y disturbios populares.
  • Despoblación. Las epidemias de peste provocaron un notable descenso demográfico. Paralelamente, se produjo una emigración hacia las ciudades, lo que incrementó el número de pobres, mendigos y delincuentes. 
  • Improductividad y corrupción. La nobleza continuó como clase improductiva y ociosa, que vivía en el lujo y el despilfarro y gozaba de múltiples privilegios. La corrupción y la inmoralidad cundieron entre los grupos de poder. 
  • Reforzamiento religioso y reafirmación del tradicionalismo. La monarquía garantizó la aplicación de los principios de la Contrarreforma, difundidos a través de las universidades, los colegios, la predicación y la edición de libros. La Inquisición controlaba todas las manifestaciones culturales y los valores religiosos impregnaron el arte de la época.

3.3.    La poesía del siglo XVII. 

La poesía tiene en el siglo XVII un enorme desarrollo. No sólo se cultiva poesía lírica y épica, sino que la poesía dramática -los dramaturgos eran llamados poetas- tiene ahora excepcional importancia. De hecho, las obras teatrales, escritas en verso, sirvieron para la popularización de la poesía, que también se difundió oralmente en universidades, academias, justas y certámenes poéticos, lecturas públicas en casa de los mismos poetas, recitados de poesía popular en la calle, etc. Lógicamente, el desarrollo de la imprenta contribuyó a la divulgación de los textos poéticos, muchas veces acompañados de grabados o ilustraciones.

Las últimas décadas del siglo son de claro decaimiento y no hay ya autores de relieve, hecho que se prolongará durante el siglo siguiente, dando lugar a un largo periodo de decadencia no sólo de la poesía, sino de la literatura española en general. Ello se debió tanto al declive general del país, como al agotamiento de los recursos expresivos, que se utilizaban ya de forma repetitiva.

La poesía barroca refleja la conciencia de crisis, el pesimismo y el desengaño característicos de esta etapa cultural. Presenta gran variedad de formas, estilos y temas. Se llevan al extremo los temas renacentistas: 

a)  El amor es visto como pasión intensa, se resalta su fuerza y adquiere un sentido trascendente, es decir, se aprecia que perviva más allá de la muerte. 

b)  La belleza de la mujer amada se aleja de la armonía renacentista y supera a la propia naturaleza. Vinculada con el tópico del Carpe diem, se destaca el efecto demoledor del paso del tiempo. 

c)  La naturaleza idílica del Renacimiento se transforma en naturaleza sensual, llena de colores y sonidos. 

d)  La mitología continúa siendo un punto de referencia y génesis de asuntos que son tratados a veces con tono noble y solemne y otras con efectos paródicos y burlescos.

La crisis despierta el interés por temas morales y filosóficos: la vanidad de las cosas, el engaño de las apariencias, el paso del tiempo (presente en el tema del reloj, las ruinas, el Ubi sunt?, el Tempus fugit…) la presencia de la muerte, el sueño como símbolo de vida y muerte, etc. Las circunstancias sociales de corrupción desembocaron en una poesía satírica donde se criticaba tipos y costumbres de la época y se hablaba del problema de España.

Los tres poetas barrocos más destacados son Lope de Vega, Góngora y Quevedo.

FRANCISCO DE QUEVEDO VILLEGAS Y SANTIBÁÑEZ CEVALLOS.

Retrato de Francisco de Quevedo, atribuido a Van der Hamen o a Velázquez.

Vida y personalidad: 

Francisco de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos nació en Madrid en 1580, en el seno de una familia de la pequeña nobleza que servía en la Corte. Estudió en Madrid en el Colegio Imperial de los jesuitas y luego en las Universidades de Alcalá y Valladolid. Desde muy temprano dio muestras de su talento como escritor, aunque su crianza en la Corte y sus relaciones le llevaron por el camino de la política y la diplomacia. En 1613 viaja a Italia, acompañando al duque de Osuna. Allí participará en diversas intrigas. De vuelta a España, la caída en desgracia del duque de Osuna le supone unos meses de encierro en Uclés (Cuenca) y un periodo de destierro en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real). Con la subida al trono de Felipe IV y el ascenso al poder de Olivares vuelve a Madrid y apoya las ideas reformistas del conde-duque. No tarda en enemistarse con el valido, contra el que escribe sátiras. Tras un breve y fracasado matrimonio, pasa buena parte del final de su vida en prisión en San Marcos de León, adonde es conducido por orden de Olivares en 1639. Con la caída del valido es liberado, ya muy enfermo, en 1643. Murió en Villanueva de los Infantes en 1645.

La personalidad de Quevedo refleja bien la vida convulsa de la España del Barroco. Así, no fue ajeno a la general obsesión española del XVII por alcanzar títulos de nobleza y siempre aspiró a una condición nobiliaria más elevada.  Estos pruritos de nobleza no fueron obstáculo para que realizara a veces duras críticas a los aristócratas, particularmente a los advenedizos. Y es que Quevedo era esencialmente contradictorio en todos los campos de su vida. Era muy estimado en los medios cortesanos por su ingenio y agudeza, y sus escritos jocosos, sus chistes y sus procacidades lo hicieron muy famoso en los medios populares. Era, sin embargo, un hombre introvertido, de mal genio y agrio carácter. Intentó conciliar en su vida los ideales estoicos y los cristianos, fue un gran conocedor de los autores clásicos y un ferviente admirador del pensamiento humanista, cuyo optimismo ya no concordaba con los tiempos. De ahí el desengaño de Quevedo, su visión pesimista y desesperanzada del mundo y del ser humano y sus continuas reflexiones sobre la muerte. 

Su obra poética: 

Fue en su época poeta conocidísimo desde muy joven. Sin embargo, no llegó a ver publicadas sus obras poéticas en vida, aunque muchas de ellas circularon de forma manuscrita. En 1648, su amigo González de Salas publicó buena parte de ellas en El Parnaso español. Un sobrino del escritor publicó en 1670 otra parte de sus textos poéticos, pero también con alteraciones diversas. Todo ello hace que la poesía de Quevedo haya llegado  hasta hoy con numerosos problemas textuales.

La abundantísima obra poética de Quevedo (unas mil composiciones) suele agruparse atendiendo a sus temas: poemas filosóficos, morales, religiosos, amorosos, satírico-burlescos y de circunstancias. 

a) Poemas de tema grave (filosóficos, morales, religiosos): 

Abordan temas típicamente barrocos como la muerte, la brevedad de la vida, la fugacidad del tiempo, la censura de vicios diversos o el desengaño, habitualmente desde una perspectiva en la que se funden el cristianismo y el neoestoicismo senequista. 

b) Poemas amorosos: 

Están impregnados de petrarquismo y neoplatonismo, aunque muchas veces el ideal amoroso se ve enturbiado por la presencia destructora de la muerte. Al lado de esta poesía amorosa sublime, cuya voz lírica suele ser la del propio poeta, son frecuentes también las composiciones en las que aborda el amor en clave satírica, irónica, paródica, cómica o abiertamente erótica. Muy frecuentemente, el sujeto enamorado no es entonces el propio poeta. 

c) Poemas satírico-burlescos:

Predomina el verso octosílabo. Son los que más claramente ponen de manifiesto la capacidad para la agudeza y el ingenio lingüístico de Quevedo. Los objetos de su sátira son muy variados: mujeres, maridos burlados, judíos, médicos, boticarios, abogados, jueces, escritores (Góngora  en particular), las modas, el poder del dinero, etcétera. 

Temas: 

La clasificación de su poesía da una idea resumida de los temas característicos de la obra poética de Quevedo. Gran parte de estos temas son tópicos literarios, pero Quevedo imprime siempre en ellos su sello personal. 

a) El amor: 

Sus poemas amorosos de tono serio son claramente deudores de la tradición cortesana. En el siglo XVII el petrarquismo estaba agotado. Su lenguaje, lastrado de tópicos, resultaba incapaz de expresar la ideología y las emociones que originalmente lo habían inspirado. Sin embargo, como poesía de análisis del pensamiento y del sentimiento, y como repertorio de vocabulario e imágenes aptas para plasmar la experiencia amorosa, el petrarquismo y la lírica cortesana se convirtieron en manos de Quevedo en excelente vehículo para la expresión de las preocupaciones metafísicas y el desengaño barroco.

Cuando Quevedo expresa en la lírica amorosa sus preocupaciones metafísicas, la mujer desaparece. En cambio, pasa a primer plano una resistencia angustiada a la mortalidad final del cuerpo. En el centro mismo de su poesía amorosa y de sus meditaciones líricas sobre la muerte se encuentra la angustia de la soledad. 

b) La muerte, la vida, el tiempo:

La muerte es una preocupación permanente en la poesía de Quevedo, que manifiesta siempre su horror al no-ser. Su poesía es un constante meditar sobre la brevedad de la vida, sobre la fugacidad del tiempo, que nadie es capaz de detener.

La vida es una loca carrera hacia la muerte. El tiempo destructor todo lo puede, pero es a la vez inaprensible, no para un momento y, entre tanto, angustiosamente, la vida se escapa de modo irremediable. 

c) La realidad como apariencia: el pesimismo barroco. 

Como todo está en constante movimiento, la realidad es, en consecuencia, cambiante y contradictoria. Lo que se ve no es más que apariencia engañosa, empezando por el amor mismo. Y de ahí el desengaño típicamente barroco y la actitud desconfiada propia de quien no advierte seguridad alguna. 

d) La decadencia española: el desengaño. 

Este hondo pesimismo quevedesco, esta visión desolada del hombre y del mundo es indisociable de su percepción de la decadencia española. Todos los valores que defiende (amor, honor, etc.) son los viejos ideales nobiliarios que a su alrededor se desmoronan. Ello explica sus sátiras crueles de todo tipo de novedades, ya sean literarias (Góngora, el culteranismo) , ya científicas, de costumbres, modas, etc. y explica su añoranza de la sociedad estamental donde todo hombre tenía un lugar predeterminado en el mundo, en la que el dinero no trastocaba valores ni condiciones sociales. Este desengaño quevedesco trasciende las circunstancias específicas de su persona y su entorno histórico-social para alcanzar, gracias a su ingenio de escritor, inigualables honduras meditativas sobre la condición humana. 

Estilo: 

Los rasgos del conceptismo son aplicables a la poesía de Quevedo: son constantes en ella juegos de palabras, equívocos, dilogías, polisemias, paronomasias, hipérboles, antítesis, paradojas, deformaciones grotescas, etcétera.

Quevedo domina la lengua en sus más variados registros (culto, coloquial, vulgar), al tiempo que conoce a la perfección los recursos retóricos propios de la lírica renacentista, incluidos los de carácter métrico. Por ello, se advierte en sus poemas un consumado dominio de las formas que utiliza, lo que es particularmente significativo en sus más de quinientos sonetos. Consigue en ellos unas creaciones geniales tanto por su uso magistral de la lengua como por su perfección formal, al obligarse a condensar al máximo la expresión. Llega con ello a la culminación del principio conceptista de decir mucho con pocas palabras, obligado como viene por la limitación de sílabas, versos, rimas o acentos. El soneto es, sin duda, el ejemplo máximo de esta perfección poética.

Conviene indicar, en fin, una característica muy peculiar de la lengua poética de Quevedo: su intensidad afectiva. El apasionamiento del poeta se vierte en sus textos mediante la abundancia de oraciones interrogativas, exclamativas y apelativas, mediante llamadas directas al lector (apóstrofes, vocativos, imperativos, pronombres y verbos en segunda persona, etc.) o mediante el frecuente uso de diminutivos y aumentativos de carácter afectivo.

LUIS DE GÓNGORA Y ARGOTE. 

Retrato de D. Luis de Góngora, por Velázquez.

Vida y personalidad: 

Luis de Góngora y Argote nació en Córdoba en 1561 en el seno de una familia acomodada y culta. Estudió Leyes en Salamanca y allí parece que se inició en las tareas poéticas al tiempo que llevaba una vida alegre y desahogada. De vuelta a Córdoba, comienza su carrera dentro de la Iglesia, propiciada por la herencia de unos beneficios eclesiásticos de un tío suyo. No obstante, su vida sigue siendo un tanto disipada y continúa con sus aficiones literarias. Tras una denuncia del arzobispado, se recata, aunque no renuncia a sus actividades literarias. Viaja mucho en misiones encomendadas por el cabildo. Sus poemas empiezan a granjearle cierta fama y cuando se instala en Madrid en 1617, es ya considerado el mejor poeta de su tiempo. Sin embargo, su vida en la corte no le resulta fácil, aunque haya obtenido el cargo de capellán real. Mueren sus poderosos protectores y sus pretensiones cortesanas se ven frustradas. Amante de la vida lujosa y muy aficionado al juego, se ve acosado por las deudas. Ya enfermo, regresa a Córdoba, donde muere en 1627.

Curiosamente, pese al supuesto alejamiento de la realidad característico de la obra poética gongorina, la influencia de su vida en sus textos es muy visible. A pesar del alegre Góngora juvenil, la imagen que de él ha perdurado es la de un hombre adusto, sombrío y orgulloso. Famosas son sus enemistades personales y literarias. Con Quevedo, tan agresivo como él y que lo acusaba de judío, cruzó graves insultos y alusiones mordaces. También atacó a Lope de Vega, quien respondió a su vez, pero dejando entrever en muchas ocasiones su admiración por el escritor. Por el contrario, contó con fervientes defensores y numerosos seguidores, que imitaron su estilo, hasta bien entrado el siglo XVIII. De hecho, como había ocurrido con Garcilaso, su obra se publicó enseguida tras su muerte acompañada de doctos comentarios, como si de un autor clásico se tratara. 

Su obra: 

Góngora es exclusivamente un poeta lírico, excepción hecha de la composición de dos comedias: El doctor Carlino (inconclusa) y Las firmezas de Isabela, obras en las que se aparta del modelo del teatro de Lope de Vega. Se conserva también más de un centenar de cartas, casi todas de la época madrileña, que contienen interesantes datos biográficos y algunos juicios literarios.

La obra lírica de Góngora circuló de forma oral y manuscrita durante su vida. Sus versos se editaron póstumamente, algunas ediciones con comentarios eruditos, como si se tratara de un clásico. Se conserva además un lujoso manuscrito donde se pueden leer los poemas de Góngora acompañados de su fecha de composición, lo que permite trazar con bastante seguridad una cronología de sus poemas.

Estos datos cronológicos han permitido descartar la existencia de dos épocas diferentes en la poesía gongorina, la del poeta fácil, sencillo y popular, y la del escritor oscuro y complejo, puesto que los procedimientos expresivos de su poesía más culta se pueden encontrar en textos muy tempranos de Góngora.

Sin embargo, desde 1609, su intención explícita es la de crear un nuevo lenguaje poético mediante la acumulación e intensificación de recursos retóricos utilizados anteriormente y el uso de otros nuevos. Va a ser a partir de esta voluntad de forjar una nueva poesía cuando componga sus obras mayores: Fábula de Polifemo y Galatea (1612), Soledades (1613-4) y Fábula de Píramo y Tisbe (1618). El resto de su producción poética consta de más de doscientos romances y letrillas al modo popular, unos dos centenares de sonetos, algunas composiciones diversas y un poema inconcluso en octavas reales, el Panegírico al duque de Lerma (1617). 

La poesía de arte menor: 

Los poemas en versos cortos de Góngora fueron ya muy populares en su época y continuaron siéndolo después. Este extenso grupo de poemas no está exento de artificios y dificultades y siempre se nota, pese a la inspiración popular, la mano del poeta culto. 

Las letrillas y otras composiciones de arte menor a veces tienen un tono serio y tratan de temas graves, son muy frecuentes los textos de carácter humorístico o satírico, en los que se utilizan chistes, alusiones desvergonzadas, expresiones escatológicas, etc.

Pese a estos rasgos, no se trata de una literatura intrascendente, puesto que en toda esta poesía satírica se critican muchos de los valores establecidos (el amor, los sentimientos caballerescos, el sentimiento patriótico…).

Sus romances son muy notables y con ellos el Romancero nuevo alcanza sus mayores cimas. También en ellos se alterna e incluso se mezcla lo serio y lo burlesco. Tratan de los más diversos temas: caballerescos, moriscos, de cautivos, pastoriles, amorosos, mitológicos, satíricos…

Entre los romances merece especial atención la Fábula de Píramo y Tisbe, larga composición de más de quinientos versos, escrita en 1618, que resume a la perfección los rasgos más sobresalientes de la poesía gongorina: su tendencia al cultismo junto a su gusto por lo popular, la visión burlesca de la realidad y la reflexión seria, el refinamiento exquisito al lado de la expresión chocarrera. Este poema heroico-cómico narra grotescamente un tema mitológico grave y serio. Con ello, el poeta barroco está burlándose, con actitud distanciada de sus propios mitos. 

La poesía de arte mayor:
Los sonetos: 

Góngora fue un gran sonetista. Sus sonetos normalmente siguen el modelo clásico de cuartetos expositivos y tercetos conclusivos, aunque a veces utiliza fórmulas distintas.

Abordó en ellos variados temas: amorosos, satírico-burlescos, morales, mitológicos, de circunstancias, etc.: 

a) Los sonetos amorosos, más frecuentes al principio de su producción, son de hechura petrarquista, muy literarios y estilizados, y carecen de la pasión vital que transmiten los de Lope o Quevedo. 

b) Los sonetos satírico-burlescos prolongan esta vena típica de otros poemas de Góngora. En ellos, sin renunciar a la perfección formal y a los recursos retóricos de la tradición culta, incorpora elementos de la poesía popular y no evita el léxico coloquial e incluso vulgar. 

c) Los sonetos de tema moral reflejan la situación vital del poeta y, en tono serio o burlón, expresan sus inquietudes, sobre todo los escritos en su última estancia en Madrid, en los que es manifiesto su desengaño, y que entroncarían con el tópico clásico del “menosprecio de corte”. 

Fábula de Polifemo y Galatea. Soledades. 

Con estos dos grandes poemas lleva Góngora a su culminación el estilo culterano. En ellos, las dificultades se acumulan de tal forma que sólo resultan comprensibles para un lector extremadamente culto. Son concebidos como un reto a la inteligencia. Por eso, concitaron desde el primer momento la adhesión o el rechazo absolutos.

La Fábula de Polifemo y Galatea consta de 504 versos en octavas reales y desarrolla el mito clásico del cíclope Polifemo enamorado de la ninfa Galatea. Si el tema es ya de por sí hiperbólico, el arte de Góngora se centra en intensificar la exageración y llevar al límite la hipérbole. El lenguaje es enormemente complejo, pero la sintaxis no alcanza todavía la complicación a la que llegará la lengua poética gongorina en las Soledades.

Góngora compone las Soledades inmediatamente después del Polifemo. La idea original es que las Soledades fueran cuatro, pero finalmente Góngora sólo compuso la primera y parte de la segunda. En total, unos dos mil versos agrupados en silvas. Esta forma métrica le permite al poeta, con sus largos periodos, mayor libertad sintáctica y, dada la tendencia gongorina en estos poemas culteranos, ello tiene como fruto una lengua complicadísima en la que la poética cultista llega al límite. Curiosamente, el tema es muy sencillo: el canto de la vida natural, el desdén de las ambiciones cortesanas. Con un tenue hilo argumental, las Soledades son tan solo una sucesión de escenas pastoriles y rurales, siempre en el entorno de una Naturaleza literariamente estilizada. Se recrea la belleza de una naturaleza pródiga y benefactora que remite al ideal bucólico clásico de la Edad de Oro.

Muchos de los motivos y rasgos formales de estos dos grandes poemas están ya presentes en otros textos previos de Góngora. El universo poético del escritor cordobés es, por tanto, coherente y se va gestando durante muchos años para cristalizar en su forma más acabada a principios de la segunda década del siglo XVII. 

Temas y estilo: 

Gran parte de los temas de los poemas de Góngora son los propios de un poeta que bebe directamente en la tradición poética previa: el amor, con todos los tópicos de la literatura petrarquista, la mitología, como fuente inagotable de motivos, la naturaleza como marco estilizado y como referente bucólico ideal.

Estos temas tan conocidos son reelaborados con el sello personal del poeta, siempre deseoso de dejar constancia de su nota distintiva y original. Muchas de las composiciones del poeta están basadas en sus propias experiencias vitales, convenientemente literaturizadas. Y, por supuesto, no cabe olvidar la vertiente satírica y burlesca de Góngora, tanto en poemas populares como cultos.

En su personal reelaboración de los principios estéticos de la lírica del siglo XVI y en su búsqueda de una lengua poética nueva y específica, radican quizá las claves de la originalidad poética de Góngora como escritor. Góngora se aleja de los modelos renacentistas, complicando y distorsionando al máximo la lengua poética renacentista. El lenguaje gongorino se caracteriza por su ambigüedad y multiplicidad de significados, que lo alejan de la lengua natural. Hay una tendencia constante en su poesía a la expresión metafórica y perifrástica que evita presentar las cosas directamente. Esta concepción de la poesía le lleva a una peculiar y originalísima poética en la que la oscuridad es un factor estético de primer orden.

Y es que, aunque la poesía de Góngora parte de los principios estéticos clásicos, progresivamente rompe con ellos como resultado lógico de su tendencia a los contrastes, a la exageración, a lo diverso, de su deseo de huida de la realidad, que se manifiesta tanto en su visión idealizada del mundo como en la huida del mismo a través de la burla y la chocarrería. 

3.4.    El teatro del siglo XVII.

El teatro del siglo XVII no es sólo un fenómeno de carácter literario, sino un espectáculo muy relevante en la sociedad de la época, sobre todo en las grandes ciudades.

El teatro fue prohibido en algunos países europeos, sólo en España y en Inglaterra pervive y se desarrolla un teatro popular, concebido como espectáculo para entretener y divertir a la gente más variada, que paga por acudir a las representaciones. El teatro adquiere entonces las características de un negocio, vinculado con mucha frecuencia a instituciones de beneficencia, las cofradías, que sufragan con los ingresos del teatro los gastos de sus obras de caridad. Lógicamente, muchas personas tenían también el teatro como medio de vida: empresarios, actores, escritores, etcétera. 

Los corrales de comedias: 

Corral de comedias. Almagro (Ciudad Real). El único que se conserva en España tal como era en el siglo XVII.

El crecimiento de las ciudades en las últimas décadas del siglo XVI propició la aparición de lugares de representación fijos. Se trata de los corrales de comedias, patios de vecindad habilitados al efecto. Los corrales de comedias son muy variados y en ellos se produce una sorprendente convivencia directa entre público y actores.

Los corrales de comedias más elaborados tienen la siguiente estructura

a)  Tablado: frente a la puerta de entrada estaba el tablado que servía de escenario; tras él se encontraban los vestuarios y los corredores que se utilizaban para las tramoyas y otros efectos escénicos. En el tablado mismo, existían unos orificios, los escotillones, por los que subían y bajaban los actores. 

b)  Patio: en el patio se situaban bancos de maderas y, a veces, gradas laterales que ocupaban los hombres. En la parte de atrás del patio no había bancos y los hombres estaban de pie. 

c)  Pisos: en los pisos superiores, encima de la puerta de entrada, estaba la cazuela, lugar donde se ubicaban las mujeres sentadas en gradas. En el piso principal, había aposentos para las autoridades municipales. En las fachadas laterales se encontraban los aposentos, alquilados por los nobles y las familias ricas. Aquí estaban juntos hombres y mujeres.

Para entrar había que pagar obligatoriamente dos veces: la primera entrada era para las compañías, la segunda para las cofradías.

La temporada teatral se desarrollaba desde Pascua hasta Carnaval del año siguiente. Las representaciones tenían lugar por las tardes, para aprovechar la luz del día; eran muy largas y prácticamente sin interrupción, pues en los intermedios se ofrecían entremeses y bailes con el objeto de entretener a los espectadores y mantener viva su atención. El público era ruidoso y molesto. 


Agrupaciones teatrales: 

Las más importantes eran las compañías, que podían tener hasta veinte componentes. Las compañías eran de dos tipos: 

a)  Compañías de título o compañías reales, que actuaban en las grandes ciudades y tenían el privilegio de representar ante el rey. 

b)  Cómicos de la legua, grupos de actores que sólo tenían autorización para representar a más de una legua de las grandes ciudades, que eran los dominios de las compañías reales.

Tenían una organización muy determinada (estructura, contratos formalizados, jornada laboral, ensayos, repertorio, etc.) Al director de la compañía se le llamaba autor y era quien contrataba a los actores, cuya vida no era demasiado fácil, aunque también entre ellos había jerarquías. 

El teatro cortesano: 

Conforme avanza el siglo XVII tiene cada vez más importancia del teatro cortesano, que se representaban en los palacios de los nobles o en el del rey. Este teatro es más complicado escenográfica y formalmente que el de los corrales. A veces el texto literario tenía un carácter secundario en beneficio del puro espectáculo, en el que era ingrediente fundamental la música.

Las representaciones estaban hechas por actores profesionales, aunque, en ocasiones, intervenían los nobles e incluso el propio monarca. 

El auto sacramental: 

El auto sacramental es una obra en un acto, con personajes alegóricos, que desarrolla un tema religioso con intención didáctica y que concluye con la exaltación de la Eucaristía. Tenía su origen en el teatro religioso medieval y su precedente inmediato en las farsas y otras piezas sacramentales y alegóricas del siglo XVI.

Se representaban en plazas públicas con ocasión de la fiesta del Corpus, la asistencia era libre y el montaje estaba costeado por los ayuntamientos. Se trataba de una auténtica fiesta barroca con presencia masiva de público. El escenario estaba constituido por carros, inicialmente muy sencillos, pero luego muy sofisticados, con utilización de maquinaria para mover la muy rica escenografía.

Los autos sacramentales tenían una gran importancia para toda la organización teatral de la época, porque proporcionaban un gran prestigio a las compañías elegidas cada año para su representación. 

Difusión del teatro: 

La difusión de los textos teatrales se realizaba oralmente, a través de las representaciones, y por escrito, a través de la imprenta. Ambas debían ser sometidas a censura, distinta para imprimir o representar.  En todo caso, la transmisión de los textos fue diversa y precaria, y muchos de ellos se han perdido, ya que los ingresos del escritor procedían básicamente de la venta de las comedias a las compañías y no de la impresión.

Procedimientos de difusión escrita eran: 

a)  Copias manuscritas.
b)  Sueltas o impresión de comedias solas. 
c)  Partes de comedias, colecciones de doce comedias de un autor o varios, recogidas en un solo tomo.

Los textos no siempre eran fiables porque fue frecuente la aparición de ediciones piratas no supervisadas por el autor y porque muchos de los textos eran proporcionados por los memorillas, individuos que se dedicaban a ir al teatro para aprenderse la obra de memoria y recitársela luego al librero que la iba a imprimir. 

Características de la comedia nueva: 

Se denomina comedia nueva al tipo de obras que, a partir de la ingente labor creativa de Lope de Vega, inundan los escenarios de las ciudades españolas del siglo XVII. Los miles de textos responden a unos patrones comunes que facilitan la rápida composición de las obras ajustándose a los moldes preestablecidos. Con ello se pretende satisfacer la incesante demanda del público de la época, voraz consumidor de obras teatrales. 

Mezcla de lo trágico con lo cómico: 

Frente a la idea clásica de separar tragedia y comedia, las obras pueden mezclar elementos cómicos y trágicos para mayor satisfacción del auditorio. 

Ruptura de la regla clásica de las tres  unidades (lugar, tiempo y acción): 

Proporciona mayor variedad y espectacularidad el incumplimiento de las tres unidades dramáticas exigidas por las retóricas clasicistas:

* La unidad de lugar exigía que la obra se desarrollara en un mismo lugar o lugares próximos, pero en las comedias españolas es frecuente que los hechos sucedan en sitios diversos.

* La unidad de tiempo prescribía que el argumento dramático transcurriera como máximo durante un día, prescripción que no cumplen las comedias barrocas.

* La unidad de acción establecía que los sucesos dramatizados estuvieran todos relacionados con un caso central y único, lo que frecuentemente se incumple en las comedias del XVII, en las que se desarrolla una acción principal, cuyos protagonistas son el galán y la dama, y una secundaria, protagonizada por los criados, aunque el carácter de esta segunda acción depende muchas veces del tema de la comedia. 

Personajes de la comedia nueva: 

Los personajes que aparecen en las obras se repiten constantemente de modo que los espectadores los reconocen de inmediato y los autores los crean con facilidad. Son personajes que carecen de complejidad psicológica y que se comportan como meros personajes-tipo cuyas actitudes y reacciones son fácilmente previsibles. Desempeñan funciones fijas y se caracterizan por rasgos permanentes (idealización de galán y dama, lealtad en los criados, respeto y honor en padre, justicia en el monarca): 

  • Galán: guapo y valiente. 
  • Dama: hermosa y enamoradiza.
  • Barba: puede ser un viejo o el mismo rey, hace la función del poderoso que soluciona fácilmente el conflicto. 
  • Antagonista, que se opone al galán.
  • Criada, acompañante y confidente de la dama.
  • Criado, también confidente del galán y que suele desempeñar la función de gracioso. 
Los personajes de una comedia son a veces muy numerosos (en las comedias de Lope y, sobre todo, en las de sus seguidores), aunque tengan mínimas funciones. La intención es producir sensación de espectacularidad. Esta proliferación de personajes será corregida por Calderón y sus seguidores, quienes configurarán a los personajes de forma polifuncional. 
El gracioso o figura del donaire: 
Además de ser un personaje que permite dialogar al protagonista y expresar sus inquietudes, tiene otras diversas funciones: 
  • Sirve para crear momentos cómicos que rebajen la tensión dramática acumulada en la obra. 
  •  Es un contrapunto cómico o irónico a su señor al que, a veces, parodia. 
  •  Desempeña el papel de narrador de sucesos no escenificados en las tablas. 
  • Tiene, a veces una función distanciadora muy moderna, al advertir al público con su actuación de que lo que allí se ve no es realidad, sino literatura. 
 Este personaje es una genuina creación de Lope de Vega, pero hunde sus raíces en un personaje característico del teatro español anterior: el pastor simple de las obras religiosas medievales; el pastor rústico y chistoso del teatro de fines del XV y principios del XVI; el bobo de Lope de Rueda. 
Este personaje ha evolucionado: ahora es un personaje en muchas ocasiones inteligente e ingenioso y, frente a sus precedentes, es un individuo urbano. Por otra parte, la figura del gracioso tiene especial fortuna en una época en la que abundaban los criados y donde eran celebradas las bromas y críticas del gracioso con respecto a su amo. No obstante, finalmente predomina en el gracioso su vertiente placentera y simpática, con lo que sus actitudes y comentarios satíricos quedan integrados a la perfección en el sistema de valores del Barroco. 
Reducción a tres actos o jornadas: 
La necesidad de mantener la atención del público puede explicar también la división en tres actos o jornadas de las comedias españolas, frente a los cinco actos del teatro clasicista. Así, de forma directa, el escritor puede exponer el asunto en la primera jornada, desarrollarlo en la segunda y concluirlo en la tercera: planteamiento, nudo y desenlace. 
El lenguaje de las comedias: 
Viene explicado por el carácter popular del auditorio, por lo que se rehúye la expresión culterana y no se abusa de alusiones bíblicas, mitológicas o literarias. La renovación de la comedia con Calderón tenderá a un lenguaje más complejo. 
Decoro expresivo o poético: 
Se pretende que la lengua se ajuste a la situación y a la condición de los personajes, de modo que estos hablen conforme a su rango social y ello pueda distinguir, por ejemplo, al rey del gracioso. Esta adecuación de la lengua al personaje se denomina decoro poético y es la única regla que Lope respeta. 
Polimetría y variedad de estrofas: 
Todas las comedias son en verso, como corresponde a la transmisión oral porque facilita su memorización. Se propone que la métrica se adecue a las situaciones y los asuntos variando los metros de acuerdo con el pasaje, situación y personaje. Para asuntos de mayor trascendencia: endecasílabos y heptasílabos; para temas ligeros, versos castellanos de arte menor). 
Estos consejos no se siguen al pie de la letra, pero sí la variedad de estrofas, que rompe la monotonía expresiva según el desarrollo de la acción. El romance para una historia o narración; el soneto para el que espera; la redondilla y la quintilla son frecuentes en los diálogos; las estrofas de versos de arte mayor para asuntos serios. 

Se intercalaban además letrillas cantadas y bailes que interrumpen el curso de la acción, elementos líricos extraídos del acervo popular, bien conocido por el espectador. 

Elementos escénicos y visuales de las comedias: 

  • El vestuario tenía que ser adecuado a las características de los personajes.
  •  Las escenas podían ser exteriores (jardines, montes, barcos, torres…) o interiores, y el decorado, más o menos minucioso, había de dar cuenta de ello.
  • Los accesorios escénicos podían ser a veces complejos. No era insólito que aparecieran animales en escena.
  • La música también era utilizada, y con ellas, canciones populares o tradicionales o imitaciones de éstas.

Todo ello indica que los textos literarios eran sólo una parte de un espectáculo más amplio, aunque la palabra poética servía para suscitar el interés de la gente. De ahí la importancia de los diálogos, pero también de las llamadas al silencio en prólogos y loas para despertar la curiosidad del oyente, fin al que van encaminados igualmente recursos sonoros como ruidos, llamadas de atención, etcétera. 

Los actores: 

Su papel es, evidentemente, fundamental. Las acotaciones de los textos teatrales les ofrecen tres tipos de indicaciones: 

  • Acotaciones gestuales, que tienen como objeto que el actor dé con su cuerpo expresión externa de un estado físico o anímico (emociones, sentimientos o pasiones).
  • Acotaciones que indican el movimiento o posición del actor sobre el tablado.
  • Acotaciones relativas a la voz, que especifican entonación, timbre, fuerza y elevación de la enunciación dramática.

Temas:


Los temas de las comedias barrocas son variadísimos:

a) Temas religiosos: asuntos bíblicos, vidas de santos, leyendas, tradiciones piadosas…

b) Temas históricos y legendarios: de la Antigüedad, de la Edad Media europea, leyendas locales, asuntos tomados de crónicas hispánicas medievales, del Romancero…

c) Temas pastoriles y caballerescos, novelescos, costumbristas, de campesinos agraviados, mitológicos, filosóficos… 

d) Tema amoroso: son las más frecuentes.  Se desarrollan en un ambiente desasosegado, propicio para el enredo, con profusión de quejas, riñas, celos. En estas comedias el final feliz es lo normal, aunque existen excepciones.

Es muy importante también la presencia del tema del honor, concebido como una fuerza superior que se superpone a los deseos de los personajes y que los obliga a actuar conforme a unas normas preestablecidas. Toda afrenta a la honra era considerada un asunto muy grave y debía ser reparada. El tema interesaba al público y el uso del código del honor en las comedias facilitaba la inclusión de episodios dramáticos. 

Visión del mundo de las comedias barrocas: 

Pese a la variedad argumental  y temática, existe en las comedias españolas del siglo XVII una visión del mundo esencialmente idéntica.  Se presenta una sociedad jerarquizada, en la que cada cual conoce muy bien el lugar que le corresponde. En la cúspide de la pirámide social se halla el rey, encarnación de la monarquía, concebida como institución teocrática cuya fuente de poder se encuentra en Dios mismo. Evidentemente, se trata de una sociedad cristiana en la que no caben disensiones ni herejías. Se defiende asimismo la necesidad de un orden que, de ser alterado, ha de ser restaurado, lo que explica que las jerarquías resulten imprescindibles. El teatro barroco defiende, por tanto, el sistema social del momento y sirvió como eficaz medio de propaganda de las ideas que sustentaban este sistema social, sin olvidar que el elemento cómico resultaba también un medio de evasión de la realidad.

El teatro barroco  contó con la oposición de moralistas diversos que pretendieron su prohibición porque decían que era una fuente de malos ejemplos y enseñanzas, criticaban a los cómicos por su vida licenciosa y censuraban a los dramaturgos por contribuir a la degradación moral.  Por breve tiempo, lograron la prohibición del teatro (en 1588 y en 1644), pero la importancia institucional del fenómeno y la propia estructura de las compañías sirvieron de freno a la prohibición porque tanto los municipios, como  corona y la Iglesia se servían de él para sus fines económicos, propagandísticos o ideológicos. 

Etapas y autores:

Indudablemente, la época dorada del teatro barroco español se corresponde con la primera mitad del siglo XVII, con dos grandes periodos a la vez:

a) Una primera parte, que ocuparía las tres primeras décadas del siglo, donde Lope de Vega y sus continuadores serían los principales representantes. De entre ellos, cabe destacar: Guillén de Castro (Las mocedades del Cid), Juan Ruiz de Alarcón (La verdad sospechosa), Luis Vélez de Guevara (El diablo cojuelo, Reinar después de morir), Tirso de Molina (El burlador de Sevilla), etc.

b) Una segunda parte, que ocuparía las dos siguientes décadas, representadas por Lope de Vega y sus continuadores. De entre ellos, destacan: Francisco de Rojas Zorrilla (Del Rey abajo ninguno, Entre bobos anda el juego), Agustín Moreto (El desdén con el desdén, El lindo don Diego). 

LOPE DE VEGA.

Retrato de D. Félix Lope de Vega y Carpio.

Vida y personalidad:

Nació en Madrid en 1562 dentro de una familia modesta, realizó diversos estudios y pronto se dedicó a la literatura, que le proporcionó apreciables rendimientos económicos. Sirvió también a varios nobles (duque de Alba, duque de Sessa), a los que no dudó en adular. En 1588 es condenado al destierro por ciertos versos difamatorios que publicó; parte de los ocho años que duró dicho destierro los pasó en Valencia, ciudad por entonces de intensa vida teatral: la influencia de los importantes autores valencianos en su obra posterior será considerable. Se casó dos veces, enviudó otras tantas y vivió, además, con otras mujeres, que aparecieron en sus poemas con nombres ficticios (Zaida, Filis, Belisa, Camila Lucinda, Amarilis, Marcia Leonarda, Dorotea…). La muerte de uno de sus hijos, Carlos Félix, le llevó a ordenarse sacerdote en 1614. No obstante, en 1616 se enamora de Marta de Nevares, joven ya casada, y, sin miedo al escándalo, vive con ella. Pero Marta enfermó (ciega y loca) y los últimos años de la vida de Lope fueron penosos. Cuida a Marta, pero pasa por dificultades económicas, sus obras tienen ya menos éxitos  y sufre graves desengaños con alguno de sus hijos. Sigue escribiendo y en sus textos se aprecian ya las preocupaciones por las que pasa en este tramo final de su vida. Marta muere en 1632 y Lope tres años después.

La personalidad de Lope es compleja: gallardo, pasional, atrevido, voluble, inconstante, cínico, venal, halagador cortesano, vanidoso, vitalista… Su lugar prominente en la sociedad madrileña de su tiempo, especialmente en la literaria, lo sitúa también en el ambiente de amistades, rencillas y rencores de los escritores de la época. Contó con numerosos seguidores y admiradores, pero también con muchos enemigos. Aunque admiraba a Góngora, lo criticó e instigó las pullas de sus discípulos contra el poeta cordobés, quien, a su vez, zahirió también a Lope. Tampoco fueron buenas sus relaciones con Cervantes y, posiblemente, fue el promotor del apócrifo Quijote de Avellaneda. 

Su obra: 

Lope de Vega cultivó la mayor parte de los géneros literarios de su tiempo. Fue excelente poeta lírico y épico. 

Obra en prosa: 

Escribió también diversas obras en prosa siguiendo variados modelos narrativos: un libro pastoril próximo aún al idealismo renacentista, La Arcadia (1598); otra narración pastoril de carácter religioso y que apunta cierta visión pesimista del mundo, Los pastores de Belén (1612); una novela bizantina de complicadas aventuras, pero cuyos sucesos transcurren sin salir de tierras españolas, El peregrino en su patria (1604); cuatro novelas cortas al estilo italiano, Novelas a Marcia Leonarda (1621-1624), dedicadas a su último amor, Marta de Nevares (Marcia Leonarda), cuya presencia es constante en los  relatos, como si fuera ella su única destinataria.

Con todo, su obra en prosa más notable es La Dorotea (1632). Relacionada con La Celestina, es también una extensa obra dialogada, escrita para ser leída. Para muchos es la obra maestra de su autor, más allá de sus coyunturales éxitos teatrales, de los que a veces renegaba Lope, quien se consideraba un escritor dotado para más altos vuelos. En La Dorotea, Lope rememora episodios de su biografía, fundiendo el presente con el pasado y la vida con la literatura. 

Obra teatral: 

Con todo, Lope de Vega es un autor fundamental dentro del teatro español por su presencia central en la creación del modelo teatral de la comedia nueva. Sus ideas dramáticas fueron expuestas en el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo (1609). Se trata de un discurso académico escrito en endecasílabos sueltos, que se vio convertido en un polémico manifiesto literario. En él, de forma a veces equívoca y no exenta de ironía, se indican las características que deben reunir las obras teatrales de la época.

Es, desde luego, en la práctica donde Lope de Vega fija claramente su modelo teatral. Fue un escritor fecundísimo. Él dice haber compuesto mil quinientas comedias, de las que hoy se conservan cerca de cuatrocientas. Precisamente, el enorme número de obras es lo que hace que su producción sea irregular. 

Comedias de enredo y costumbres: 

Son notables sus comedias de enredo y costumbres como La dama boba, El perro del hortelano, Servir a señor discreto, La moza del cántaro, La villana de Getafe, Las bizarrías de Belisa… En ellas, la intriga es fundamental y el ambiente contemporáneo,  urbano (comedias de capa y espada) o rural. 

Dramas de honor campesino: 

Un grupo muy importante lo constituyen los dramas de honor campesino, con el tipo del villano libre y digno, el labrador rico y cristiano viejo, que se enfrenta, en ocasiones, a un noble, un comendador, que le ha deshonrado: Fuente Ovejuna;  Peribáñez y el comendador de Ocaña;  El mejor alcalde, el Rey;  El villano en su rincón, etc.

Estas comedias de ambiente rústico escenifican la ruptura de la armonía rural, pero, una vez restablecida la paz, contribuyen a exaltar la sociedad monárquica y señorial, en la que el rey, siempre respetado por sus vasallos, termina haciendo justicia: castiga el abuso de poder del noble y repone la honra del campesino, con lo que quedan así incólumes tanto la propiedad de la tierra como el orden vigente. 

Dramas trágicos: 

Si en las obras anteriores abundan los elementos trágicos, en algunas otras estos están muy acentuados. Se puede hablar entonces de dramas trágicos, como serían El caballero de Olmedo o El castigo sin venganza, obra esta última escrita en los postreros años de la vida de Lope, representativa de su desengaño final y en la que compite en profundidad con Calderón, pero fiel a su estilo. 

Características del teatro de Lope de Vega: 

Los rasgos característicos del teatro de Lope son, como buen creador del género, los ya explicados en la comedia nueva: mezcla de lo trágico y lo cómico, ruptura de la regla de las tres unidades, personajes tipificados, con especial atención a la figura del gracioso, reducción a tres actos o jornadas, lenguaje natural, decoro poético, polimetría y variedad de estrofas…

Destaca especialmente en las comedias de Lope la inclusión de elementos de carácter lírico (canciones, villancicos, romances…)  procedentes de la poesía tradicional.  Los elementos de tipo tradicional o popular se encuentran mezclados con otros creados por el propio Lope, por lo que a veces es difícil determinar qué pertenece a la tradición y qué es original del autor.

Estas canciones cumplen un papel decisivo tanto desde el punto de vista dramático-argumental como desde el escénico, y son en muchas ocasiones la base estructural y argumental en que la obra está apoyada. Así pueden servir para crear un clímax cómico, como la canción que se repite en Las paces de los reyes y judía de Toledo, o un clímax trágico, como ocurre con la canción que anuncia el destino del protagonista en El caballero de Olmedo.

Esta importancia de la canción tradicional hay que entenderla dentro de un mundo que revaloriza lo popular por lo que tiene de intemporal, de reivindicación de un mundo feliz anterior a las perturbaciones y porque defiende el campo y la tierra como lugar incontaminado: se trata de una defensa de la sociedad nobiliaria, basada en la propiedad rural, en la que cada uno ocupa su lugar preestablecido sin cuestionarlo.

En cuanto al lenguaje de las comedias de Lope, se ajusta al gusto variado del público de los corrales, pero cumple con el precepto que postula el propio Lope para la comedia nueva de adecuarse a las situaciones y personales.  Pese a que polemizó con Góngora en defensa de una lengua natural, clara y sencilla, no deja de haber en sus obras cierta complejidad lingüística. 

CALDERÓN DE LA BARCA.

Retrato de D. Pedro Calderón de la Barca por Pedro de Villafranca, grabado calcográfico, Madrid, 1676 (Biblioteca Nacional, Madrid).

Vida y personalidad: 

Nació Pedro Calderón de la Barca en Madrid en el año 1600 dentro de una familia hidalga. Su padre era escribano de la Hacienda real y Pedro fue el segundo de tres hermanos varones. Estudió con los jesuitas y luego en las universidades de Alcalá y Salamanca. Pero en 1620 abandonó los estudios, quizá a causa de algunas deudas, y regresó a Madrid.

Comienza muy pronto a escribir obras teatrales y estrena la primera en 1623. Por entonces, su vida pasa por diversos lances dramáticos. En 1621, junto a sus dos hermanos, se vio envuelto en un episodio en el que murió un hombre, y la familia de Calderón tuvo que indemnizar a los padres del muerto. En 1629, un hermano del escritor fue herido y éste entró armado en un convento de monjas en busca de su ofensor, violando con ello el recinto eclesiástico. Entre tanto, es ya un conocido autor teatral.

A partir de los treinta años modera su atrevido comportamiento, lo que también se refleja en sus obras, en las que es patente ya la preocupación moral. Su importancia literaria se agranda y es el dramaturgo más estimado en la Corte. Es un tiempo de intensa actividad dramática, durante el que escribe sus mejores obras.  En 1637, Felipe IV le concede el hábito de caballero de Santiago. En consonancia con la protección que le asiste, Calderón defenderá siempre en sus obras la monarquía.

Participó como militar en diversas campañas, y así, en 1640, tomó parte en la guerra de Cataluña. La situación del país y diversas circunstancias familiares debieron de influir en su ánimo y propiciar un sesgo pesimista y desengañado a su carácter. En 1651 se ordenó sacerdote. En 1663 fue nombrado capellán de honor del rey. En el tramo final de su vida no abandonó sus actividades literarias, pero fue menos prolífico y escribió, sobre todo, autos sacramentales. Falleció en Madrid en 1681.

Salvo en su azarosa juventud, a lo largo de su vida, destacan en Calderón su capacidad reflexiva, su serenidad e incluso su propensión al retiro y la soledad, y ello aun a pesar de su condición de escritor palaciego. Intelectualmente, fue un hombre de notables conocimientos, influido siempre por el sistema de pensamiento aprendido con los jesuitas, muy dado a la casuística ¾parte de la teología moral que trata de los casos de conciencia¾ y a la especulación lógica. 

Su obra: 

Calderón fue un escritor casi exclusivamente teatral. Escribió numerosas obras, aunque muchas menos que Lope de Vega: unas ciento veinte comedias, ochenta autos sacramentales y más de veinte piezas cortas (entremeses, jácaras y mojigangas). 

Etapas del teatro de Calderón: 

En la producción calderoniana suelen distinguirse dos etapas:

a) Dramas, de corte realista, próximos a la comedia nueva de Lope.

b) A partir de la composición de La vida es sueño, tiende hacia un drama de tipo filosófico, de construcción más elaborada, en el que son característicos los elementos simbólicos y alegóricos. 

Temas del teatro de Calderón: 

La variedad temática de las obras de Calderón hacen muy difícil la clasificación por temas. No obstante, puede proponerse una división entre comedias, tragedias o dramas trágicos y autos sacramentales: 

a) Comedias:

Dentro de las comedias hay que distinguir: 


  • Comedias de enredo, concebidas para ser representadas en los corrales de comedias, entre las que destacan La dama duende o Casa con dos puertas mala es de guardar.
  • Comedias de aparato, compuestas para las funciones cortesanas del teatro del Buen Retiro. Las comedias de aparato desarrollan frecuentemente un asunto mitológico, como es el caso de Eco y Narciso, La estatua de Prometeo y La fiera, el rayo y la piedra. 
b) Tragedias o dramas trágicos: 
Dentro de las tragedias o dramas trágicos, según el tema, pueden distinguirse:
  • Tragedias que expresan el conflicto entre la libertad y el destino: El mayor monstruo del mundo, Los cabellos de Absalón y La cisma de Inglaterra. 
  • Tragedias que plantean un conflicto de honor, como la famosísima El alcalde de Zalamea y también A secreto agravio, secreta venganza, El médico de su honra y El pintor de su deshonra, dramas trágicos que se centran en el problema de los celos.+Tragedias que tratan sobre la naturaleza del poder como La vida es sueño y La hija del aire


c) Autos sacramentales: 

Entre los autos sacramentales de Calderón cabe destacar El gran teatro del mundo, El gran mercado del mundo, La cena del rey Baltasar y Los encantos de la culpa. 

Características del teatro de Calderón: 

Calderón parte de la fórmula dramática de Lope y sus seguidores, pero paulatinamente introduce en ella una serie de cambios que implican la renovación del género de la comedia nueva. 

Tiende a respetar la unidad de acción: respetando el trazado de los argumentos y evitando la acumulación de accidentes y de intrigas secundarias. 

Limita el número de personajes y prefiere destacar uno sobre todos los demás para convertirlo en el eje sobre el que gira la acción de las obras y en torno al que se organizan los demás personajes.

Los protagonistas suelen tener un carácter intelectual y reflexivo: exponen sus ideas a través de largos parlamentos, cuyo uso es una de las características del teatro de Calderón, aunque siempre trata de equilibrar en sus obras los monólogos y los diálogos. Son personajes que se ven a veces sometidos a una norma moral que los obliga a comportarse de una forma determinada. No obstante, pueden utilizar su libertad y no respetar esa libertad moral. En esos casos funciona en los textos calderonianos una justicia poética que da a cada personaje su merecido.

El lenguaje de Calderón es mucho más artificioso que el de Lope y se advierte el uso tanto de recursos conceptistas como culteranos, aunque con cierta preferencia por la lengua gongorina. Esto tiene que ver, claro está, con el tipo de público (cortesano y culto) al que va dirigido su teatro.

El carácter cortesano de las obras de Calderón explica la riqueza decorativa, la aparatosa escenografía, la música, la alternancia de textos recitados y cantados, la mayor elaboración estilística, etc.

Calderón incluye, como Lope, fragmentos líricos, pero estas canciones surgen de la acción y las acciones y no se pueden extraer del contexto como con Lope.

Destaca especialmente en Calderón el uso del símbolo y la alegoría como medios para transmitir determinados contenidos y para plantear problemas universales de la existencia humana.

Los temas de las comedias de Calderón son los mismos de toda la comedia barroca: la historia y las leyendas nacionales y extranjeras; los motivos religiosos; la mitología; los conflictos de honra, amor y celos, etc.

Destaca en Calderón el proceso de reflexión intelectual al que somete toda una serie de temas y motivos que en su momento se habían convertido en tópicos. A través de esos argumentos convencionales, es capaz de plantear problemas que atañen a la existencia humana. Su enorme bagaje cultural  y su habilidad en el planteamiento dialéctico de los conflictos, disecciona en su obra con suma agudeza los entresijos de la conciencia humana.

El teatro de Calderón muestra un momento histórico en que se atisba ya el enfrentamiento que se producirá en el siglo XVIII entre razón y fe. En numerosos personajes calderonianos coexisten la fe y el espíritu crítico, la credulidad y el escepticismo, y es que es característico del teatro de Calderón el enfrentamiento entre contrarios: el determinismo y el libre albedrío, la fe y la incredulidad, el caos del mundo y la providencia divina, la vida concebida como esperanza y la existencia representada como castigo.

Muchos personajes calderonianos son individuos arrojados a un mundo inexplicable, ansiosos de interpretarlo por medios racionales y sometidos a un destino ante el que, impotentes, intentan rebelarse. Calderón niega la posibilidad de explicar el mundo por la razón y considera que sólo puede justificarse acudiendo a un ser superior, Dios, que así lo ha dispuesto todo.

La explicación religiosa del mundo no impide que algunos personajes tengan un destino trágico, consecuencia entre el enfrentamiento entre su libertad y su destino. Calderón logra dar calidad humana a estos seres sometidos a conflictos abstractos y metafísicos. En los textos de Calderón convive la tragedia clásica griega con la doctrina católica de la libertad, dando lugar a un característico drama trágico católico. De ahí que el vehículo idóneo de la expresión de estos temas sea el auto sacramental, donde Calderón puede plasmar sus preocupaciones y cualidades.  En esa fusión de liturgia y fiesta que son los autos, es patente la maestría de Calderón para comunicar las enseñanzas religiosas que habitualmente suelen transmitir esas formas teatrales.

Sin embargo, no puede ignorarse que en las obras de Calderón se entrecruzan y complementan el sentido trágico y la comicidad irónica. Los elementos cómicos no sólo aparecen en los entremeses, las comedias y las obras menores, incluso en las tragedias pueden encontrarse momentos y situaciones que sirven de contrapunto a los temas serios que se exponen. Tiene especial importancia en este sentido la figura del gracioso que va a aligerar el efecto de los personajes serios y honorables y sus parlamentos trascendentes.

No obstante, los rasgos ideológicos de Calderón pueden detectarse indistintamente a lo largo de toda su obra. 

LA VIDA ES SUEÑO.

Ediciones. Fecha de composición: 

Se conocen en la actualidad doce ediciones de La vida es sueño publicadas durante el siglo XVII. El estudio comparativo de los textos ha permitido comprobar que existieron dos versiones distintas de la obra. Al parecer, la primera versión debió de estar terminada a finales de los años veinte. La segunda versión vio la luz por primera vez en Madrid en 1636 dentro de la Primera parte de comedias de don Pedro Calderón de la Barca. Esta segunda versión contiene cambios notables con respecto a la primera. Es más literaria y ortodoxa que la primera. 

Estructura. Acción. Tiempo y lugar teatrales: 

La obra, en su edición definitiva, consta de 3319 versos distribuidos en tres jornadas, que corresponden a la división clásica de planteamiento, nudo y desenlace.

En la primera jornada, aparecen todos los personajes principales del drama y quedan expuestos los dos hilos argumentales que habrán de desarrollarse luego, al tiempo que utilizan dos lugares escénicos en los que transcurrirá toda la representación (la torre y el palacio).

La segunda jornada sucede al día siguiente y en ella avanza tanto la acción principal, con el fallido experimento de Segismundo en palacio, tras haber sido drogado, como la intriga secundaria, con la escena del retrato entre Astolfo, Estrella y Rosaura.

La tercera jornada, en un momento indeterminado, lleva a término ambas acciones, que quedan unidas en el final de la obra, cuando ésta alcanza todo su sentido didáctico.

Como puede verse, la obra no sigue las unidades clásicas de acción, lugar y tiempo: dos acciones desarrolladas durante varios días en dos espacios escénicos distintos que se alternan frecuentemente. Los hechos están ambientados en Polonia en un tiempo anterior no precisado, con lo que quedan lo suficientemente alejados del momento vital de los espectadores como para que estos extraigan las lecciones teóricas pertinentes, pero sin asociar los pleitos monárquicos de los personajes con la monarquía de su tiempo. 

Fuentes: 

Los motivos centrales de La vida es sueño tienen una tradición previa antiquísima: 

  • El asunto de la existencia de un horóscopo negativo que lleva al encierro del príncipe para evitar su destino se remonta a las leyendas hindúes de Buda, que se cristianizó en la historia de Barlaam y Josafat.
  • El motivo del individuo narcotizado que, temporalmente, ejerce de rey procede del cuento oriental del durmiente despierto o el sueño del campesino que se difundió en Europa a través de Las mil y una noche y, más tarde, en don Juan Manuel. 
  • La idea genérica de la vida como sueño es habitual en la época barroca. Calderón aprovecha el último verso de un antigua copla popular “que los sueños, sueños son” en su famoso verso de la segunda jornada “y los sueños, sueños son”.
  • La torre en lo profundo de una montaña desde donde Segismundo  percibe las sombras del mundo está relacionada con el mito de la caverna de Platón. 
Calderón construye con esta rica tradición literaria e intelectual una obra dramática que sirve para exponer toda una doctrina sobre cómo es el hombre y cómo es el mundo. 
Temas:
  • La vida como sueño: El título de la comedia sugiere, dentro de una estricta concepción cristiana del mundo, que la vida es un mero sueño, un simple tránsito, y la muerte como el verdadero despertar a una vida auténtica: la vida eterna. De este modo, las circunstancias de la vida pierden valor ya que sólo sirven para adquirir la vida eterna.
  • El libre albedrío: Frente a los protestantes que creían en la predestinación (el hombre está salvado o condenado desde su nacimiento), los católicos defienden el libre albedrío, es decir, la responsabilidad que cada hombre tiene de sus actos. En La vida es sueño es evidente la defensa de la postura católica, ya que Segismundo no está determinado por su destino, al que, obrando bien, logra vencer.
  • El tema de los astros: Muchos filósofos y teólogos creían que, si la creación era obra divina, existiría una correspondencia entre lo que podía verse en el cielo y el destino individual de los seres humanos, de modo que aquel que supiera leer los designios que contenían los astros podrían prever el futuro. Ello implica la importancia de los horóscopos y los pronósticos. Sin embargo, predecir de antemano el futuro supone negar el libre albedrío. En La vida es sueño se conjuga astrología y libertad individual porque se cumple el horóscopo, pero finalmente el individuo decide su destino.
  • El tema de la ciencia: La ciencia, encarnada en el rey Basilio y su ansia de saber, fracasa porque no se ajusta a las normas morales cristianas y porque usa su sabiduría en contra de los principios de sucesión de la monarquía.  Para Calderón no es mala la ciencia, sino su mal uso. 
  • El origen del poder y el modo de ejercerlo: Calderón tiene una concepción teocrática de la monarquía, a la que considera de origen divino.  El rey Basilio utiliza mal su poder y se convierte en un tirano por lo que la rebelión contra él es legítima. Calderón no se olvida de subrayar que sólo en un caso así es admisible la rebelión contra un rey y que la fidelidad es el primer deber de un súbdito. Por ello, perdona a Clotaldo (fiel al rey) y castiga al soldado (traidor al rey). 
  • Concepciones de la política enfrentadas: maquiavélica y prudencialista: Se oponen en la obra dos concepciones del ejercicio de la política que aparecían enfrentadas en los tratados teóricos del XVII: la maquiavélica, representada por Astolfo y Segismundo durante el experimento en palacio, según la cual el poderoso puede valerse de su astucia o de su fuerza para alcanzar o conservar el poder; y la prudencialista, que obligan al príncipe cristiano a comportarse de forma prudente, justa, discreta y comedida. Evidentemente, Calderón defiende esta segunda actitud. 
  • Otros temas: Temas típicamente barrocos aparecen en la obra: el honor, el amor, el desengaño, el mundo como teatro, la fugacidad de la vida, el egoísmo, la ambición, etc. 
Personajes:

A.- Segismundo: Puede ser considerado el protagonista de la obra. Encarna en su persona la lección moral: obrar bien y triunfar en consecuencia. Pero antes ha debido pasar por un proceso de aprendizaje que lo ha hecho evolucionar: de la barbare a la civilización y también desde el paganismo naturalista hacia la fe cristiana. Para ello debe enfrentarse a su padre, liderar la revolución y conseguir autodominarse. 

B.- El rey Basilio: Por su orgullo intelectual se equivoca y desencadena los conflictos del drama. Evoluciona desde el individuo distante y calculador del principio de la obra al hombre desconcertado ante la magnitud de su error. Pero eso lo dota de humanidad que lo lleva a observar a su hijo con cierta ternura y a arrostrar con valentía las consecuencias de sus actos.

C.- Clotaldo: Es el personaje que sirve de gozne entre las dos acciones de la comedia: encargado por Basilio de la custodia de Segismundo, es al mismo tiempo el padre desconocido que Rosaura busca. Su paralelismo con el rey es evidente. Ambos se comportan de una forma injusta con sus hijos. Este personaje dramatiza el conflicto entre la lealtad estricta y la moral católica. Su fiel obediencia al rey le lleva a descuidar sus deberes de padre, con lo que expone gravemente el honor de su hija. Su lealtad al rey le garantizará el reconocimiento. 

D.- Rosaura: Es la protagonista de la segunda acción. Su papel desborda con mucho el de la dama de las comedias de enredo. Fogosa y decidida, es quien, vestida de hombre, abre la representación de forma abrupta tras haber caído de un caballo, símbolo de las pasiones que no ha sabido dominar. Como Segismundo, debe luchar para recuperar su identidad y ambos quedan unidos irremediablemente por sus destinos. De hecho, solucionará su problema sólo si Segismundo resuelve el suyo. Rosaura es, además, clave en la comprensión del mundo por parte de Segismundo: despierta en él el instinto sexual y el amor y contribuye a hacerle coherentes los secretos de su existencia. Como Segismundo, Rosaura triunfa finalmente: recupera su honor mancillado y se integra en el orden social  restaurado. Pero Segismundo ha de renunciar a ella, dándose primacía al der sobre el amor, lo que produce una cierta sensación de melancolía y soledad. 

E.- Clarín: Es un gracioso atípico. Apenas tiene rasgos cómicos, aunque sí tiene en ocasiones su misma función distanciadora. Es cínico, egoísta y cobarde, cambia de amo según sus intereses. De ahí que sea castigado y su muerte sirva para mostrar que no se puede burlar a la providencia. 

F.- Astolfo: Es más que el simple galán de la acción secundaria. Su ambición política y su falta de escrúpulos ejemplifica el maquiavelismo como forma de actuación política. Por eso, al final no alcanza el poder que desea y debe reparar el honor de Rosaura casándose con ella. 

G.- Estrella: Es el ejemplo contrario a Astolfo, pues su comportamiento político está guiado por la discreción y la prudencia. Al terminar la obra, su actitud se ve recompensada con su matrimonio por Segismundo. 

Lenguaje y estilo. 

Uno de los rasgos característicos de La vida es sueño es el empleo de numerosos y, a menudo, largos monólogos que sirven para expresar los pensamientos, dudas, sentimientos y conflictos amorosos de los personajes, además de valer para la narración de hechos sucedidos  fuera de la escena. 
Como en el resto del teatro barroco, escrito en verso, se emplea en La vida es sueño la polimetría, aunque reducida solamente a seis estrofas, con predominio absoluto del romance, seguido de las redondillas, las décimas y las silvas, algunas quintillas y unas pocas octavas reales. 

El verso calderoniano es de gran sonoridad y a ello ayuda la sabia utilización de recursos retóricos: anáforas, epanadiplosis, quiasmos, paronomasias, interrogaciones retóricas, etc. De gran efecto escénico son los numerosos paralelismos, las diseminaciones y las correlaciones. 

El estilo de Calderón es netamente barroco, con influencias conceptistas y culteranas, y de ahí la frecuente presencia en sus versos de alusiones mitológicas, antítesis, paradojas, perífrasis, retruécanos, recursos todos que contribuyen a la creación de una lengua poética que, de modo genuinamente teatral, sirve para admirar al auditorio y situarlo en condiciones de recibir las lección moral que la obra contiene. 

Con todo, es la metáfora el rasgo más distintivo del estilo calderoniano y lo es desde el mismo título: La vida es sueño. Las metáforas son muy abundantes y, además de imágenes más o menos tópicas, es característica la metáfora, basada en el trueque de atributos, de forma que, por ejemplo,  los pájaros son “clarines de pluma” y los clarines, “pájaro de metal”. Con estas imágenes se produce una estilización de la realidad, una abstracción de lo real, una completa desrealización que se aviene bien con los conceptos ideológicos manejados en la obra: la vida como simple sueño, el desengaño, la renuncia y la inutilidad de lo vital y lo humano. 


ORTOGRAFÍA:

4.    Los signos de puntuación (I).


De la puntuación depende en gran parte la correcta expresión y comprensión de los mensajes escritos.  

El castellano cuenta con los siguientes signos de puntuación: el punto, la coma, el punto y coma, los dos puntos y los puntos suspensivos se escriben siempre sin espacio libre entre ellos y la palabra que les precede, y con un espacio libre entre ellos y la palabra que les sigue, a no ser que este sea de cierre. 

Los signos dobles, como los de interrogación, admiración o exclamación, comillas, paréntesis, corchetes y rayas de apertura se escriben sin espacio libre entre ellos y la palabra que les sigue o les precede. Estos los veremos en la unidad siguiente.

El punto:
El punto (.) es un signo ortográfico circular de pequeñas dimensiones que se utiliza para señalar una pausa larga, que marca el final de una frase u oración. Después de punto (salvo en el caso del utilizado en las abreviaturas) se utiliza mayúscula.

El punto se escribe siempre sin separación del elemento que lo precede (sea este una palabra, un número u otro signo) y separado por un espacio del elemento que los sigue. Se distinguen: 

  • Punto y seguido:

Separa enunciados dentro del mismo párrafo. Después de él se continúa escribiendo en la misma línea y, en el caso de que esté al final de renglón, se continúa en el siguiente sin dejar margen o sangrar el texto.



  • Punto y aparte:

Separa dos párrafos distintos que desarrollan contenidos diferentes dentro de una misma línea de razonamiento o de la unidad del texto. Después de punto y aparte se debe cambiar de línea y comenzar a escribir después de dejar un margen o sangrado a la izquierda, mayor que el del resto de las líneas que componen el párrafo.

Hay que tener presente, igualmente, que la elección entre el punto y seguido y el punto y aparte es subjetiva cuando se trata de distintos aspectos de un mismo asunto o idea.



  • Punto final:

Es el que cierra el texto, ya sea al finalizar un apartado, un capítulo o el texto en su totalidad.



  • Otros usos del punto:
A.- Después de las abreviaturas:


Una abreviatura es la representación gráfica reducida de una palabra o grupo de palabras, obtenida por eliminación de algunas de las letras o sílabas de su escritura completa. Por regla general escribiremos punto detrás de las abreviaturas. Ejemplos: art. (por artículo), etc. (por etcétera).

Excepciones:
a) Los símbolos de los elementos químicos se escribirán sin punto. Ejemplos: He (por helio), kg (por kilogramo).

b) La abreviatura de los puntos cardinales se escriben sin punto. Ejemplos: N (por Norte), S (por S), etc.

c) El punto de las abreviaturas no excluye la presencia inmediata de cualquier otro signo de puntuación (¿?,¡!,...,;), salvo el propio punto.

d) Las abreviaturas de tratamientos solo deben usarse cuando anteceden al nombre propio. Ejemplo: hay un mensaje para el Sr. Mendoza. Por tanto, está mal escrito: hay un mensaje para el Sr. del sombrero. 
e) No debe escribirse una cantidad con letras seguida de abreviatura: Ejemplo: solo los zapatos pesaban tres kg., sin contar la ropa. Lo correcto sería: solo los zapatos pesaban 3 kg, sin contar la ropa.  

B.- En las siglas:
 

La sigla es la palabra formada por el conjunto de letras iniciales de una expresión compleja; p. ej., O(rganización de) N(aciones) U(nidas), o(bjeto) v(olante) n(o) i(dentificado), Í(ndice de) P(recios al) C(onsumo). La sigla se escribe sin puntos entre las letra que la componen.

Excepciones: 
a) Cuando el enunciado de la sigla forma parte de un escrito escrito con mayúsculas. Ejemplo: el A.M.P.A. DEL COLEGIO ES MUY ACTIVA.

C.- Tras los signos de interrogación, exclamación y puntos suspensivos: 

No se escribe nunca punto tras los signos de cierre de exclamación e interrogación, ni detrás de puntos suspensivos, aunque con ellos termine el enunciado. Ejemplo: ¡Hola! Me alegro de verte...
D.- El punto y los números:

En la expresión numérica del tiempo, el punto separa las horas de los minutos. Ejemplos; 18.30 h, 12.00 h. En este uso pueden emplearse también los dos puntos.

El punto puede indicar también la separación entre la parte entera y la parte decimal de un número. Sin embargo, la Real Academia Española prefiere, en estos casos, el uso de la coma. Ejemplo: 24.321, mejor 24,321.

Al mismo tiempo no se escribe punto tras las unidades de millar en los siguientes casos:

a) Las normas internacionales establecen que se prescinda del punto para separar los millares, millones, etc., recomendándose para facilitar la lectura de estas expresiones espacios por grupo de tres. Ejemplo: 4 829 530.

b) Expresión en forma numérica de los años. Ejemplos: 1943, 2008.

c) numeración de páginas. Ejemplos: 1243, 3101.

d) Postales de vías urbanas y códigos postales. Ejemplos: calle de Alcalá, 1022; 28027 Madrid.

e) Número de leyes, decretos, artículos, órdenes. Ejemplo: Real Decreto 1006/2001. 
f) Número de teléfono. Ejemplo: 666 666 666.  

E.- Uso incorrecto del punto en los siguientes casos:
 

a) En los titulares de mensajes publicitarios.

b) En los títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de arte, etc., cuando aparecen aislados, no llevan punto final.

c) En los titulares de prensa.

d) En los índices generales o de contenidos.

e) En los títulos y cabeceras de cuadros y tablas.

f) No llevan punto al final los nombres de autor en cubiertas, portadas, prólogos, firmas de cartas y otros documentos, o en cualquier otra ocasión en que aparezcan solos en una línea.

g) Las dedicatorias que se sitúan al principio de los escritos no suelen llevar punto final, dado que, por lo común, son textos tipográficamente muy marcados, aislados en una página completa, alineados a la derecha y con un cuerpo de letra peculiar.

h) Los textos que aparecen bajo ilustraciones, fotografías, diagramas, etc., dentro de un libro o una publicación periódica no suelen cerrarse con punto cuando constituyen etiquetas que describen el contenido de dichas imágenes.

i) Los eslóganes publicitarios no llevan punto final cuando aparecen aislados y son el único texto en su línea.

j) En los distintos tipos de índices que aparecen en las obras para facilitar el acceso a la información (índices de contenidos, de materias, onomásticos, cronológicos, etc.), no se escribe punto al final de cada línea.

k) Nunca debe escribirse un punto de cierre de enunciado delante de un signo de cierre de comillas, paréntesis, corchetes o rayas.

(Creo que estaba muy enfadada. No me extraña.).

(Creo que estaba muy enfadada. No me extraña).


F.- Uso del punto en los siguientes casos:


a) En las clasificaciones o enumeraciones en forma de lista, se escribe punto tras el número o la letra que encabeza cada uno de los elementos enumerados. Ejemplo. ¿Cuál es la capital de Grecia?

a. Corinto

b. Atenas

c. Pireo

d. Tsalónica

En este uso, el punto alterna con el paréntesis. Es incorrecto prescindir de cualquiera de estos dos signos, salvo en el caso de que se empleen números ordinales (1.º, 2.º, etc.) que por sí solo sirven ya de elemento introductorio.

b) Se emplea el punto para separar los subdominios de las direcciones de correo y páginas electrónicas:

fpbasicafernandezvallin@gmail.com

http://comunicacionysociedadfvallin.blogspot.com.es/

Puesto que el punto final no forma parte de las direcciones electrónicas, no se escribe cuando estas constituyen el único texto en su línea o cuando no cierran enunciado. En cambio, si la dirección aparece al final de un enunciado que se escribe todo seguido, debe escribirse el punto final de cierre:

Si le interesa el arte, visite los recorridos virtuales que ofrece la página del museo, https://www.museodelprado.es/


La coma: 

La coma (,) representa en la escritura una pausa breve que se hace al hablar o leer. También sirve para organizar sintácticamente la frase. Se escribe pegada a la palabra o el signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o el signo que la sigue. 


  • Se utiliza coma para separar palabras de una enumeración dentro de un mismo enunciado.
  • a) Cuando la enumeración es completa, el último elemento va introducido por una conjunción (y, e, o, u, ni), delante de la cual no debe escribirse coma. Ejemplo: es una chica aplicada, formal, estudiosa y con buen expediente.
  • b) Si la enumeración es incompleta y se escogen algunos elementos representativos, no se escribe conjunción alguna ante el último término, sino coma. La enumeración puede cerrarse con etcétera, con puntos suspensivos o, en usos expresivos, simplemente con punto. Ejemplos: estamos amueblando la casa y hemos comprado el sofá, las lámparas, las cortinas... // Acudió toda la familia: abuelos, padres, hijos, etc. // Todo en el valle transmite paz: los pájaros, el clima, el silencio.
  • Para separar entre sí oraciones, proposiciones o sintagmas con el mismo valor gramatical, salvo los que vayan precedidos de las conjunciones y, e, ni, o, u. Ejemplo: ve al colegio, recoge a los chicos, compra en el super y llévalos al cine.
  • Los sustantivos que funcionan como vocativos, esto es, que sirven para llamar o nombrar al interlocutor se escriben seguidos de coma si van al principio de la frase;  precedidos de coma si van al final de la oración y entre comas, si van en medio.
  • Ejemplos: Jacinto, ven aquí. // Ven aquí, Jacinto. // ¿Me puedes decir, Jacinto, quién ha venido?
  • Cuando los enunciados son muy breves,  se escribe igualmente coma, aunque esta no refleje pausa alguna en la lectura. Ejemplo: no, señorita.
  • La palabra etcétera (o en abreviatura etc.) se separa con coma del resto del enunciado, si continúa la frase y también antes de la abreviatura. Ejemplos: He formado un ramo con clavellinas, jazmines, etc. //  He formado un ramo con clavellinas, jazmines, etc., que te encantará.
  • En la datación de cartas y documentos, se escribe coma entre el lugar y la fecha, o entre el día de la semana y del mes. Ejemplo: Gijón, 23 de abril de 2015.
  • Las palabras o frases que se usan como incisos, interrumpiendo una oración, ya sea para aclarar o ampliar lo dicho, se escriben entre comas. Ejemplo: cuando llego Marta, la sobrina de Paco, todo se aclaró.
  • Se escriben entre comas los enlaces que actúan introduciendo explicaciones en las expresiones como: es decir, esto es, así pues, ahora bien, al parecer, por consiguiente, por lo menos, por ejemplo, sin embargo y otras parecidas. Ejemplo: ayer, al parecer, te marchaste de viaje.
  • Se utiliza la coma para indicar la elipsis u omisión de un verbo por haber sido mencionado con anterioridad en la primera parte del enunciado o estar sobrentendido. Por consiguiente, la coma se escribe en el lugar donde va el verbo que se omite en la oración. Ejemplo: su hija pequeña es rubia; el mayor, moreno
  • Se antepone una coma en las proposiciones coordinadas adversativas introducidas por conjunciones como pero, mas, aunque, sino. Ejemplo: puedes llevarte mi cámara de foto, pero ten mucho cuidado.
  • Se antepone una coma en las proposiciones coordinadas consecutivas introducidas por conjunciones como conque, así que, de manera que, así es que, luego. Ejemplo: prometiste acompañarle, conque ya puedes ponerte en marcha.
  • Se antepone una coma en las proposiciones coordinadas causales explicativas, introducidas por conjunciones como porque, pues, puesto que, ya que, dado que. Ejemplo: no puedo confirmarle nada, pues no vi el accidente.
  • Para separar los términos invertidos del nombre completo de una persona. Ejemplo: RUBIO, Paloma: Verbos españoles conjugados.
  • Se usa coma para separar miembros gramaticalmente equivalentes dentro de un mismo enunciado, a excepción de los casos en los que medie alguna de las conjunciones y, e, ni, o, u. Ejemplos: estaba preocupado por su familia, por su trabajo, por su salud. // Antes de irte, corre las cortinas, cierra las ventanas, apaga las luces y echa la llave.
  • Se coloca una coma delante de la conjunción cuando la secuencia expresa un contenido (consecutivo, de tiempo, etc.) distinto al elemento o elementos anteriores. Por ejemplo: pintaron las paredes de la habitación, cambiaron la disposición de los cuadros, y quedaron encantados.
  • Se coloca una coma delante de la conjunción cuando está destinada a enlazar con toda la proposición anterior, y no con el último de sus miembros. Por ejemplo: pagó el traje, la corbata y la camisa, y salió de la tienda.
  • Cuando se invierte el orden regular de las partes de un enunciado, anteponiendo elementos que suelen ir pospuestos, se tiende a colocar una coma después del bloque anticipado. Ejemplo: llegaremos a la playa antes de que haya atasco en la autopista. Ahora cambiamos el orden normal de la oración usando la coma, anteponiendo una circunstancia de lugar, modo, tiempo, causa, etc., y la oración resultante sería: antes de que haya atasco en la autopista, llegaremos a la playa. 


Uso del punto y coma:

El punto y coma (;) señala una pausa mayor que la de la coma pero inferior a la marcada por el punto. El punto y coma se escribe pegado a la palabra o el signo que lo precede, y separado por un espacio de la palabra o el signo que lo sigue. La primera palabra que sigue al punto y coma debe escribirse siempre con minúscula. De todos los signos de puntuación es el que presenta un mayor grado de subjetividad en su empleo, puesto que, puede sustituirse en muchos casos por el punto y seguido o la coma. Se utiliza en estos casos:


  • Para separar dos o más elementos de una frase si ya incluyen comas. Ejemplos: la maleta es marrón; el cuaderno, blanco; el borrador, verde; y la pluma, negra.

  • Precediendo a conjunciones y locuciones adversativas como por tanto, por consiguiente, aunque, mas, pero, sin embargo… si las frases tienen cierta longitud. Ejemplos: comía con mesura; pero en la cena se desquitó.

  • Delante de oración que abarca o resume todo lo expresado en incisos anteriores, ya separados por comas. Ejemplo: habló conmigo de las cosas del lugar, de la labranza, de la última cosecha de vino y aceite...; todo ello con modestia y naturalidad, sin mostrar deseo de pasar por muy entendida.


Para separar oraciones que, aunque pudieran ser independientes, están íntimamente relacionadas por el sentido. Ejemplo: si la suerte quiere ir a ti, la conducirás de un cabello; si quiere irse, romperá una cadena.


Uso de los puntos suspensivos:


Los puntos suspensivos (…) suponen una interrupción de la oración o un final impreciso. Se escriben tres puntos y siempre pegados a la palabra o el signo que los precede, separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue; pero si lo que sigue a los puntos suspensivos es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos. Detrás de ellos se puede escribir mayúscula inicial, cuando cierran un enunciado. Ejemplo: el tren llegó a su hora... Bueno, ya se sabe, o minúscula, si el enunciado continúa. Ejemplo: estoy dudando si... ir; en cualquier caso, tengo que arriesgarme.
 

Los puntos suspensivos suponen una interrupción de la oración o un final impreciso. Se escriben tres puntos y siempre pegados a la palabra o el signo que los precede, separados por un espacio de la palabra o el signo que los sigue; pero si lo que sigue a los puntos suspensivos es otro signo de puntuación, no se deja espacio entre ambos. Detrás de ellos se puede escribir mayúscula inicial, cuando cierran un enunciado. Ejemplo: el tren llegó a su hora... Bueno, ya se sabe, o minúscula, si el enunciado continúa. Ejemplo: estoy dudando si... ir; en cualquier caso, tengo que arriesgarme.
 

a) Al final de una enumeración incompleta: el aula de informática disponía de ordenador, monitor, ratón, impresora...

b) Cuando se quiere expresar una duda, vacilación, temor, suspense o incertidumbre a lo largo de la locución. Ejemplo: no sé..., no sé...c) Para evitar la transcripción de una palabra tabú o malsonante. Ejemplo: el hijo de p...

d) Cuando se reproducen citas textuales, proverbios o refranes muy conocidos, y se omite la parte final a sabiendas de que el lector por reconstruir el sentido completo. Ejemplo: a buena hora...

e) Se emplean los puntos suspensivos cuando al copiar una cita textual amplia, se hacen supresiones de palabras o fragmentos utilizando corchetes o paréntesis. Ejemplo: "Fui don Quijote de la Mancha y soy agora[...] Alonso Quijano el Bueno". 


Combinación con otros signos 


a) Si los puntos suspensivos finalizan el enunciado, no debe añadirse a ellos el punto de cierre (se escribirán solo tres puntos): me encanta el paisaje. Es hermoso despertarse junto a la playa y ver el sol, el mar...

b) Si los puntos suspensivos van detrás de una abreviatura, se suma a ellos el punto que lo cierra, de modo que se escribirán cuatro puntos en total. Ejemplo: algunas abreviaturas con tilde son cód., pág....

c) Tras los puntos suspensivos sí pueden colocarse otros signos de puntuación, como la coma, el punto y coma y los dos puntos, sin dejar entre ambos signos ningún espacio de separación. Ejemplo: pensándolo bien...: mejor que no se presente.

d) Los puntos suspensivos se escriben delante de los signos de cierre de interrogación o de exclamación si el enunciado interrogativo o exclamativo está incompleto: ¡Si te dije que...!

e) Los puntos suspensivos se escriben detrás de los signos de cierre de interrogación o de exclamación si el enunciado interrogativo o exclamativo está completo: ¿Me habrá traído los libros?...

f) Pueden darse casos en que se junten el punto de una abreviatura, los tres puntos suspensivos y el de los signos de cierre de interrogación o de exclamación: -¿Viste a esa Sra....?-

g) Al final de las enumeraciones, los puntos suspensivos y el etc. son equivalentes, y, por tanto, no pueden aparecer nunca a la vez: etc....


Se usan los dos puntos en los casos siguientes:


  • Después de anunciar una enumeración de carácter explicativo. Ejemplo: Castilla-La Mancha tiene cinco provincias: Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Toledo y Albacete.

  • Para cerrar una enumeración y dar paso al concepto que los engloba. Ejemplo: sana, equilibrada y natural: así debe ser la dieta ideal.

  • Para introducir las citas textuales, que aparecen entre comillas. La primera letra después de los dos puntos se escribe con mayúscula. Ejemplo: dijo Gracián: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.

  • En Matemáticas se emplean como signo de división. Se escriben con un espacio de separación de las cifras colindantes. Ejemplo: 28 : 2 = 14

  • Para indicar la hora, separando las horas de los minutos. Con esta misma función también se emplea el punto. No debe dejarse espacio de operación entre las dos puntos y las cifras colindantes. Ejemplo: volvieron a las 19:45 horas.

  • Tras las fórmulas de saludo en las cartas y documentos. En este caso la palabra que sigue a los dos puntos se escribe con mayúscula y, generalmente, en un renglón aparte. Ejemplo:
  • Muy señor mío:  Tengo a bien dirigirme a usted...

  • Es incorrecto escribir dos puntos entre una preposición y el sustantivo o sustantivos que esta introduce. Ejemplos: en la reunión había representantes de: España, Marruecos y Argelia.
  • De la misma manera no deben ponerse dos puntos ni delante ni detras de la conjunción que. Ejemplos: el alcalde dijo: que ganaría las elecciones.

Se escriben dos puntos en los textos jurídicos y administrativos, como decretos, edictos, certificados o instancias, colocándose después del verbo que presenta el objetivo fundamental del documento y que va escrito con todas sus letras en mayúscula. La primera palabra que sigue a dicho verbo se escribe con inicial mayúscula y en párrafo aparte. Ejemplo: 


CERTIFICA:

Que don Luis Poley Cuenca ha seguido con aprovechamiento...

(Solamente en este caso los dos puntos son compatibles con la conjunción subordinante que).